Salmo 63:1-11
“Dios, Dios mío eres tú; De
madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra
seca y árida donde no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he
mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios
te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos. Como
de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará
mi boca, Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las
vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus
alas me regocijaré. Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido. Pero
los que para destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de la
tierra. Los destruirán a filo de espada; Serán porción de los chacales. Pero el
rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la
boca de los que hablan mentira será cerrada”.
Cada uno de nosotros
experimentará momentos de temor, y negar o tratar de esconderse del mismo no
hará ningún bien. Cuando surja el miedo, hágase las siguientes preguntas. ¿De
dónde viene? ¿Alguna vez Dios me ha fallado en el pasado? ¿Promete Él suplir todas
mis necesidades? ¿Cumple Dios sus promesas?
Si leemos la Biblia , encontraremos
innumerables historias sobre la fidelidad de Dios. Por ejemplo, Pablo sufrió
penurias, persecuciones, dolores y toda clase de circunstancias terribles. El
apóstol escribió estas palabras tan conocidas: "A los que aman a Dios,
todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito
son llamados" (Romanos 8:28). Esto da testimonio del hecho de que, para
quienes confían en Él, Dios convierte toda dificultad, pérdida o separación en
algo bueno.
Desde Abraham, y pasando por
Isaías, David, Job, Jonás y Pablo, hasta Juan, vemos el amor constante y el
cuidado de Dios por su pueblo. Su Palabra es una lámpara que nos dará clara
orientación cuando las circunstancias sean sombrías. Ella ofrece la mejor
dirección que encontraremos. Cuando meditamos en ella, oramos con ella, nos
aferramos a ella y la incorporamos a nuestra vida cotidiana, su luz ahuyenta
las tinieblas. Los salmos, en particular, son útiles para enfrentar los
temores.
Dios, el soberano de este
universo, tiene el control de su vida. No cometa el error de pensar que no lo
tiene, simplemente porque Él no actúa de acuerdo con su voluntad y su
calendario. Si usted lee su Biblia y medita en ella, encontrará verdadera
fuerza en sus promesas.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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