Hebreos 10:36
“porque os es necesaria la
paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”
Los maratonistas aprenden varias
lecciones importantes durante los años de entrenamiento. No importa lo
experimentado que sea un corredor, una pequeña piedra en el camino, un paso mal
dado, una distracción o miles de otros obstáculos pueden aparecer en cualquier
momento, interrumpiendo el paso del corredor y ocasionando un accidente o un
daño.
Lo mismo ocurre en el matrimonio.
El tiempo prolongado que lleven de casados no brinda inmunidad a los problemas.
Los maratonistas aprenden a
regular el paso para no agotarse en los primeros kilómetros de la carrera. De
la misma manera, las parejas debieran ser sabias al ver la relación como de
largo alcance y así poner a los problemas y las diferencias en la perspectiva
de un cuadro mayor.
Por último, los maratonistas, a
excepción de unos pocos que encabezan el torneo, corren para mejorar sus
propios tiempos. Corren para terminar la carrera y tratan de hacer su esfuerzo.
La competencia puede arruinar una relación. Lo mejor que cada uno puede hacer
es procurar dar lo mejor de sí y esforzarse por lograr que la relación sea lo
mejor posible.
La vida de casados es un maratón.
No basta con un gran comienzo para un matrimonio duradero. Se necesita
determinación.
Es
necesario que con paciencia cumplan la voluntad de Dios, si es que desean que
Él les dé lo que les tiene prometido.
“Gracia y Paz”
Noviazgo y Matrimonio
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