jueves, 12 de julio de 2012

Zacarías 9:17
“Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo alegrará á los mancebos, y el vino á las doncellas”.

Se conmueven nuestros corazones al considerar la bondad y la benevolencia de Dios. Nos ha dado abundancia de bendiciones materiales: la familia, casas, tierras, la libertad, y buenas comidas de todas clases. ¡Qué grande es su bondad para con nosotros! Pero éstas son bendiciones materiales y temporales. Piensa en su gracia hacia nosotros cuando, perdidos y moribundos en nuestros pecados, íbamos camino hacia una eternidad de castigo y oscuridad. Mandó a su hijo, su hijo amado y precioso, para ser nuestro sustituto en la cruz y sufrir la muerte que nosotros merecemos, para que nosotros, lavados en su sangre, y perdonados todos los pecados, gozáramos de dulce y bonito compañerismo con él, (por el cual nos crió) y que vamos a experimentar a través de la eternidad. ¡Qué grande es su bondad, y cuánta es su hermosura! Amén.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día

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