Mateo 14:27
“Mas luego Jesús les habló,
diciendo: Confiad, yo soy; no tengáis miedo”.
Los discípulos de Cristo se
encontraban en una tempestad furiosa en El Mar de Galilea entre las 3:00 y 6:00
A.M., o sea “en la cuarta vigilia de la noche”. En medio de esta fuerte tempestad,
mientras que la lancha se movía de un lado a otro, los discípulos vieron a
Jesús andando sobre el agua, y pensando que era un espíritu, gritaban por el
miedo. ¿Puedes imaginar el miedo y el pánico que se apoderó de ellos? Luego
oyeron la voz familiar de nuestro Salvador, “Confiad, yo soy, no tengáis miedo”.
Las tempestades que nos azotan
tal vez son de otro género como las deudas, la salud, etc., pero son iguales de
espantosas. Cuando las tempestades de esta vida nos asaltan y parece que nos
vamos a hundir, ¡que bueno es oír la voz del Maestro, “Confiad, yo soy, no
tengáis miedo”.
“Gracia y Paz”
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