Efesios 4:31
“Quítense de vosotros toda
amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.”
La palabra “amargura” proviene de
una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado,
vale decir, que punza hasta lo más profundo del corazón. Frente a mi casa, cada
día veo pasar a un vecino de edad mayor (67 años) ya jubilado, y cada vez que
intento conversar con él y hablarle de Dios, veo en su rostro amargura por
“todo” lo que está a su alrededor.
Escucho con atención sus palabras de eterna queja contra sus hijos, el
gobierno, el tiempo y la salud. Me da
mucha tristeza su amargura, su infelicidad y soledad. La amargura es el resultado de sentimientos
muy profundos que sólo Dios puede restaurar. Espero en el Señor, tocar su
corazón con La Palabra
de Dios y que el Él cambie lo que resta de su vida. En el nombre del Señor, amén y amén.
“Gracia y Paz”
Pan de Vida
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