En el libro de Job, el más antiguo
de la Biblia ,
encontramos una referencia a una de las constelaciones astrales, las cuales
Dios declara a Job que fueron creadas por Él y las llama por nombre: “Él hizo la Osa , el Orión y las Pléyades,
y los lugares secretos del sur” (Job 9:9). “Su espíritu adornó los cielos; su
mano creó la serpiente tortuosa” (Job 26:13). “¿Podrás tú atar los lazos de las
Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las
constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus
hijos?” (Job 38:31-32). “Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas
llama por sus nombres” (Salmos 147:4). “Buscad al que hace las Pléyades y el
Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el
que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová
es su nombre” (Amós 5:8).
Aunque el estudio de los cielos,
las estrellas y los planetas conocido como la 'astronomía' no es pecaminoso, la
práctica de consultar las lumbreras celestiales para tomar decisiones
terrenales, la 'astrología', es clasificada como idolatría. Cuando Dios le dio la tierra de Canaán a
Israel para que moraran en ella. Dios habló a Moisés y le dijo que cuando se le
apareció no fue en forma de ninguna cosa creada, ni animal, ni el sol ni la
luna, ni las estrellas para que no se inclinara y les adorara: “No sea que
alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el
ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque
Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos”
(Deuteronomio 4:19).
Las naciones paganas que
practicaban tales cosas influenciaron al pueblo de Israel para que se apartara
del camino correcto y se dedicara no solamente a servir a dioses paganos sino
también a consultar las constelaciones de estrellas para guiarse por ellas:
“Entonces mandó el rey [Josías] al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes
de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de
Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, para Asera y para
todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del
Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el. Y quitó a los sacerdotes
idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los
lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y
asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos
del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos” (2 Reyes 23:4-5).
El ejército de los cielos a veces
se refiere a los ángeles pero se refiere a los seres celestiales, los planetas,
el sol, la luna y las estrellas: “Fueron acabados los cielos y la tierra, y
todo el ejército de ellos” (Génesis 2:1).
A este ‘ejército de los cielos’
siguieron los Israelitas en desobediencia a Dios y por su desobediencia fueron
echados de la tierra y esparcidos viniendo a ser esclavos en tierras extrañas:
“Y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes
amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes
preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados;
serán como estiércol sobre la faz de la tierra”, (Jeremías 8:2).
El interés de las personas en
consultar las estrellas y la posición de los planetas es para saber la suerte
que les acarrea en el futuro. Por lo general la gente se preocupa por las cosas
que han de suceder y quiere saber de antemano que va a pasar. Este interés por
querer conocer el porvenir no debe existir en aquellos que conocen a Dios
porque ellos saben que el futuro está en las manos de Dios. Jesús dijo: “No os
afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?”
(Mateo 6:31).
En conclusión, tal como en el
tiempo antiguo, ahora también Dios condena tales prácticas como una forma de
adoración equivocada y contraria a su corazón. Aunque a menudo la gente que
habla del horóscopo y las estrellas habla de Dios y hasta de Jesucristo, la Biblia señala que tales
prácticas son producto de una mente y un corazón corrompido por la maldad y
desvío de Dios: “Y cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando
culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén” (Romanos 1:25) y la Biblia
dice que los que practican la astrología serán quemados con fuego: “Te has
fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los
contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan
los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como
tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no
quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten” (Isaías
47:13-14).
“Gracia y Paz”
Impacto Evangelístico
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