2 Crónicas 20:1-4
“Pasadas estas cosas, aconteció
que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron
contra Josafat a la guerra. Y acudieron algunos y dieron aviso a Josafat,
diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro lado del mar, y de Siria;
y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi. Entonces él tuvo temor; y
Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo
Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir socorro a Jehová: y también de
todas las ciudades de Judá vinieron a pedir ayuda a Jehová”.
Todos tenemos problemas en la
vida. Ya sean económicos, profesionales, interpersonales, pero podemos tener la
seguridad de que servimos a un Dios que está interesado en nuestros problemas,
y con poder para ocuparse de ellos.
Cuando surgen las dificultades,
la oración es siempre un buen primer paso a tomar. Pero el tener una base sobre
la cual cimentar nuestras oraciones, cambia la naturaleza de la situación.
Josafat, el rey de Judá, enfrentaba un enorme reto. Tres tribus diferentes
--amonitas, moabitas y meunitas-- libraban juntas una guerra contra él. La
mayoría de los líderes se habrían derrumbado bajo tal presión, o al menos
habrían tomado medidas drásticas, pero Josafat era un rey sabio. Aunque estaba
atemorizado, no arremetió contra sus enemigos. Más bien, porque sabía que Dios
estaba interesado en su problema, "humilló su rostro para consultar a
Jehová" y proclamó un ayuno en toda el país (2 Crónicas 20:1-3).
Josafat también sabía que Dios,
que era más grande que cualquier problema, había hecho cosas milagrosas para
Abraham, Isaac, Jacob, Moisés y David. Ese mismo Dios le ayudaría, también, en
su hora de necesidad. Nunca hay que desestimar el interés del Señor en nuestros
asuntos. Él ayudó a nuestros antepasados en la Biblia , y puede y quiere
ayudar a sus hijos hoy.
Es fácil pensar que nuestros
problemas no son importantes a los ojos de Dios, pero ese no es el sentir del
Señor en lo absoluto. Lo que nos concierne a nosotros le concierne a Él. Si
nosotros, como Josafat, acudimos a Dios y proclamamos su poder, Él intervendrá.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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