lunes, 18 de junio de 2012

PERFECCIÓN: LA META DE DIOS EN NOSOTROS.


Gálatas 2:19
“Porque yo por la ley soy muerto á la ley, para vivir á Dios”.

La meta de Dios para nuestra conducta es perfección. No puede aceptar unas pocas mentiras, un poquito de odio, o un poco de pecado. La ley de Dios demanda nuestra obediencia completa, pero ya que somos rebeldes, extraviados, y pecaminosos, la ley solo puede enseñar nuestros defectos y condenarnos. Así es que por la ley, somos condenados. “Pero ya cumplido el tiempo, Dios mandó a su hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, parar redimir a los que estaban bajo la ley”, Gal.4:4. “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” Romanos 8:3.

Cristo es nuestro sustituto. En la cruz del Calvario, Dios colocó sobre él nuestros pecados, y colocó la justicia de Cristo sobre nosotros. Damos gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. La eternidad no nos basta para cantarles alabanzas.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día

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