¿VERDADERAMENTE DESEA OIR LO QUE
DIOS ESÁ DICIENDO? (parte 2)
David Wilkerson
¡No se puede culpar solamente a
los pastores descarriados por la muerte espiritual y el compromiso en la
iglesia de hoy!
Jeremías mismo era todo lo que
una congregación hambrienta podía pedir en un pastor. Él estaba encerrado con
Dios; no lo podían comprar a ningún precio; lloraba por de los pecados del
pueblo de Dios. ¡Estaba listo para entregar su vida por la iglesia -- y
ciertamente fue enviado a la cárcel y a un pozo cenagoso por decir la verdad!
Una y otra vez, las Escrituras
dicen que Jeremías esperaba en la presencia del Señor hasta que “la palabra del
Señor viniera a él.” (¡Esta frase aparece en más de cincuenta ocasiones en el
libro de Jeremías!)
En esos días no había escasez de
la verdadera palabra de Dios. Ciertamente, el Señor siempre había tenido sus
profetas y pastores verdaderos, aún en tiempos de compromiso y deterioro. Una y
otra vez, lees: “Y la palabra del Señor vino a Isaías... a Jeremías... a
Ezequiel.” Vino a Daniel, Óseas, Joel, Amós, Jonás, Miqueas, Habacuc, Sofonías,
Hageo, Zacarías y a Malaquías.
Y la palabra de Dios era siempre
un aviso claro – lleno de juicio contra el pecado pero lleno de esperanza para
el arrepentido. ¡Era un llamado de separación de la impiedad y a una vida
continua de santidad!
Usualmente, había tres clases de
respuestas a la palabra de la verdad. Y estas tres clases de respuestas se ven
hoy en día en los cristianos.
1. ¡Mucha gente simplemente no
desea oír lo que Dios está diciendo!
Los israelitas no tenían
intención de dejar sus caminos pecaminosos. En cambio, deseaban una palabra
suave y calmante. El profeta Isaías decía acerca de ellos:
“Porque este pueblo es rebelde,
hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de Jehová; que dicen a los
videntes: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos
cosas que halaguen, profetizad mentiras” (Isaías 30:9-10).
Al principio, tuve dificultad
para aceptar este pasaje. Pensé: “¿habrá hijos de Dios en el presente que
demandan de sus pastores un mensaje mentiroso?”
¡Sí, los hay! No los oirás decir
estas palabras – pero puedes ver su respuesta cuando el pastor trae fuerte
palabra profética. Se van de la iglesia, pensando, “Yo no puedo aceptar este
tipo de predicación - ¡me irrita! Prefiero una predicación simple de cómo puedo
hacer frente a mis problemas.”
Amados, esto es casi un
paráfrasis de lo que Isaías dijo que Israel quería: “Dejad el camino, apartaos
de la senda, haced cesar de nuestra presencia al Santo de Israel.” (Isaías
30:11). ¡Despreciaban tanto cualquier palabra que expusiera el pecado que
exigían que tal mensaje fuera detenido!
El Señor advierte a aquéllos que
no quieren escuchar la verdadera Palabra de Dios: “Porque dejaron mi ley, la
cual di delante de ellos, y no obedecieron a mi voz, ni caminaron conforme a ella;
Antes se fueron tras la imaginación de su corazón...Por tanto... yo les daré a
comer ajenjos, y les daré a beber aguas de hiel. (Jeremías 9:13-15).
Dios advierte: “Puedes escoger
sentarte debajo de esa clase de predicación – afable, confortante, suave y
fácil. ¡Pero es veneno! ¡Estás bebiendo muerte!”
Devocionales David Wilkerson
“Gracia, Misericordia y Paz”
No hay comentarios:
Publicar un comentario