Salmos 18:3
“Invocaré á Jehová, digno de ser
alabado, Y seré salvo de mis enemigos”.
David estaba resuelto a clamar a
Dios en oración. Hagamos lo mismo. Algunos no oran a Dios porque son pecadores;
pero Jesús murió precisamente por los pecadores. Otros piensan que su caso es
demasiado desesperado; pero Jesús dijo que los sanos no tienen necesidad de un
médico, sino los enfermos. Y otros no claman a Dios porque ellos han fracasado
en la vida; pero en Dios somos vencedores. Hay otros que no claman a Dios
porque todo anda bien. Este caso es el más peligroso de todos, cuando puedes
vivir en el pecado y parece que Dios te ignora. Tu caso es muy desesperado, y
te aconsejo entrar a la presencia de Dios por la oración y que continúes hasta
que alcances la paz que viene por su hijo Jesucristo. Finalmente, Cristiano;
que privilegio tenemos que podemos ir al trono de la gracia y clamar a nuestro
padre celestial. Como lo hizo David, hagámoslo; temprano y con frecuencia.
Comentario por Francis L. Harris
(versaday)
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