2 Corintios 3:5
"no que seamos competentes
por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios"
Los caminos de Dios no son
nuestros caminos. Nosotros tendemos a equiparar el liderazgo con el señorío; Él
lo iguala con la capacidad de servicio. Queremos fortaleza para ayudar al Señor
en Su obra; Él nos hace débiles para demostrar Su poder. Presentamos nuestras
credenciales para que los demás puedan estar más seguros de nosotros; Él
permite que fracasemos para que la gente vea que separados de Dios no somos
casi nada.
Tendemos a centrarnos en
personalidades, a impresionarnos con el intelecto, la educación y la fuerza de
voluntad de un dirigente. Los seguidores empiezan a creer que un líder en
particular no puede hacer nada malo. Sin embargo, esa adulación no es más que
humanismo: convertir a un ser humano en la medida de todo. Y peor aún, esto es
idolatría: centrar nuestra devoción en alguien que no es Dios.
Así que, el Señor deja que los
líderes caigan de su pedestal. El fracaso, la indecisión y el bajo rendimiento
los hacen ver su propia insuficiencia y, de paso, aprenden a ser humildes.
También puede hacer que los seguidores pierdan sus expectativas y su excesiva
dependencia de tales líderes. Es un buen recordatorio de que todos, líderes y
seguidores por igual, andamos por la vida con "pies de barro". A la
larga, lo único bueno de cada persona es la bondad de Dios. Por esta razón,
necesitamos reconocer que "nuestra competencia proviene de Dios" (2
Corintios 3:5).
Lectura: 2 Corintios 3:1-5.
3:1 ¿Comenzamos otra vez a
recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas
de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 3:2 Nuestras
cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por
todos los hombres; 3:3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por
nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en
tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. 3:4 Y tal confianza
tenemos mediante Cristo para con Dios; 3:5 no que seamos competentes por
nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios.
Reflexión: PODEMOS RECURRIR A LA FORTALEZA DE DIOS
SÓLO CUANDO VEMOS NUESTRA DEBILIDAD.
“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario