“Siervos, obedeced a vuestros
amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a
Cristo”
Sabemos que la esclavitud un
papel importante en la cultura romana. Se estima que hubo varios millones de
ellos en el Imperio Romano en ese tiempo. Debido a que muchos dueños de
esclavos, se convirtieron al cristianismo, la iglesia primitiva tuvo que
enfrentar directamente el asunto de las relaciones entre amos y esclavos. Esta
declaración hecha por el apóstol Pablo no condena ni absuelve a la esclavitud
como tal. Más bien dice a los amos y a los esclavos cómo vivir juntos en una
casa cristiana. El deber de los siervos está resumido en una sola palabra: Obediencia.
La esclavitud prevalecía en
los tiempos bíblicos porque la ética cristiana aun no se había difundido. Los
esclavos fueron hombres, mujeres y niños de las ciudades y naciones
conquistadas por los ejércitos invasores y llevados para ser vendidos a la
esclavitud. Llegaban a ser propiedad del que los comprara; los niños que nacían
en esta condición se criaron como esclavos para servir a sus amos. Además,
hijos e hijas que el padre no quería tener fueron rechazados y condenados a ser
vendidos como esclavos. Otras veces las personas que adeudaban grandes
cantidades y que no podían pagar eran vendidas a la esclavitud para satisfacer
la deuda. Esta fue una institución inhumana caracterizada por la humillación,
la brutalidad y otros abusos, tanto de parte del amo como de parte del esclavo
listo e inescrupuloso, no obstante los siervos estaban en el deber de
reverenciar a los que están por encima de ellos. Tienen que ser sinceros; no
deben pretender obediencia cuando quieren desobedecer, sino sirviendo
fielmente.
En nuestros días, ya que la
esclavitud está abolida, estos esclavos representarían a la clase trabajadora,
los empleados de empresas, tanto públicas como privadas. Por esta razón tenemos
que comprender “empleados” o “trabajadores” en lugar de siervos o esclavos.
Para aquellos esclavos y éstos trabajadores, Pablo tiene una exhortación
cristiana. Les dice: Siervos, obedeced a los que son vuestros amos en la
tierra.
Los que son vuestros amos en
la tierra, lo que significa los que son vuestros señores según la carne. Esta
frase representa la condición temporal de la relación amo siervo que se expresa
como autoridad sumisión. El creyente sabe que esta situación es provisional y
reconoce que él tiene a un Amo más allá de esta tierra a quien está sujeto
espiritualmente y a quien sirve.
El apóstol no recomendó
ninguna acción que agitara el orden o provocara la rebelión. En cambio les
instruye a continuar obedeciendo sin interrupción a sus amos terrenales. A este
le añade tres condiciones: con temor y temblor, con sinceridad del corazón y
como al Señor. La primera de estas habla del respeto y la solicitud del
trabajador responsable que se afana por cumplir lo que se le pide hacer y desea
hacerlo bien. Esta es la actitud cristiana hacia el trabajo en diferencia con
una actitud no cristiana que trabaja más por temor a las exigencias y regaños
del patrón. Otra condición que caracteriza al trabajador cristiano es la
sinceridad de corazón, que significa la sencillez y la integridad. El
trabajador cristiano siempre trabaja de buena gana, con entusiasmo y honradez,
y no fingiendo, aun cuando las condiciones sean adversas. La tercera condición
sirve como una motivación cristiana, como al Señor, como esclavos del Señor.
Todo lo que haga el cristiano
debe ser influido por la nueva relación que tiene ahora en Cristo. Considerando
al trabajo responsable y bien hecho como un tributo al Señor. Su vida es
consagrada a Jesús, por esto su trabajo también es consagrado. Esto es parte de
su testimonio, especialmente delante de un amo incrédulo.
Colosenses 3:22 “Siervos,
obedeced en todo a vuestros amos en la tierra, no para ser vistos, como los que
quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al
Señor”.
“Gracia y Paz”
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