¿Desorientado
en el Cielo?
“Por ahí andan muchos… que son
enemigos de la cruz de Cristo… que sólo piensan en lo terrenal” Filipenses
3:18-19.
“Buscad las cosas de arriba,
donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra” Colosenses 3:1-2.
El hermano Rodrigo nos ha dejado.
Dios lo llamó a su presencia y ahora está con el Señor Jesús en el paraíso.
Estoy seguro de que no está desorientado. ¡Vivía tan lejos de este mundo y tan
cerca de su Salvador! Pasaba muchas horas leyendo la Biblia y meditándola.
También oraba mucho, y fuese cual fuese el tema tratado con él, siempre lo
miraba a la luz de la Palabra de Dios y desde la perspectiva de la eternidad.
¡Qué feliz debe estar cerca de Aquel de quien hablaba tan a menudo!
Ese hermano me recuerda a Enoc,
uno de los primeros hombres de fe. “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció,
porque le llevó Dios” (Génesis 5:24). No sabemos nada más de él, nada de lo que
hizo o dijo durante su vida aquí en la tierra, sino únicamente que vivió en
compañía de Dios por la fe y, de forma natural, él lo llamó a su presencia.
Al examinar cuáles son mis
intereses, debo reconocer que muchos de ellos desaparecerán cuando esté en el
cielo. Sé que el Señor no me hará ningún reproche sobre todo el tiempo que haya
despilfarrado en la tierra, pues su gracia cubrirá todo. Pero la Palabra de
Dios me anima a desviar la vista de las cosas pasajeras, y a orientar mis
actividades hacia lo que permanecerá durante la eternidad. El Señor será el
centro de mis actividades y de mi alabanza… Pero, ¿no debería serlo ya un poco
más cada día?
“Gracia y Paz”
La Buena Semilla
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