2 Timoteo 1:6-7
“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de
Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”
¿Qué puede usted hacer si ha perdido su entusiasmo por
servir? Tal vez circunstancias difíciles le han llevado a desanimarse. O, tal
vez, simplemente sigue trabajando, pero el Espíritu Santo parece estar ausente
y no ve ningún fruto. Pablo le dijo a Timoteo: “Te aconsejo que avives el fuego
del don de Dios que está en ti” (v. 6), pero ¿cómo se logra eso? Con los años,
Dios me ha enseñado qué hacer cada vez que siento que mi llama está por
extinguirse.
Recargarse:
El ministerio es emocionante cuando
estamos llenos del Espíritu Santo, pero todo el mundo se desanima de vez en
cuando. Doble sus rodillas ante el Señor, y pídale nuevas fuerzas. Examine su
vida, arrepiéntase de cualquier pecado, y sométase a la dirección de Dios en
todo.
Reenfocarse:
Cuando nos enfocamos en los obstáculos,
estos se hacen más grandes. Pero cuando ponemos nuestros ojos en Cristo, Él se
vuelve más grande que cualquier problema que enfrentemos.
Rechazar: Cuando estamos decaídos, el diablo nos miente:
No puedes hacerlo. Nadie te aprecia. ¿Por qué no tiras la toalla? Tenemos que
reconocer que todos nuestros pensamientos de desánimo vienen del diablo --y
rechazarlos.
Retirarse: Desconéctese del teléfono, los aparatos
electrónicos y los pasatiempos, y apártese con el Señor para reavivar su
relación estrecha con Él.
Después de dar todos estos pasos, usted podrá volver al
ministerio con entusiasmo. Es posible que persistan las circunstancias
difíciles, pero estará equipado para manejarlas ya que la llama del Espíritu
Santo estará ardiendo con gran resplandor dentro de usted.
“Gracia y Paz”
(encontacto.org)
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