¿NO SABES CUAL ES EL CAMINO?
Se cuenta que un viajero se encontraba
extraviado en una selva, por lo que le preguntó a un nativo si le podía ayudar
mostrándole un camino a través de la maleza. El nativo le guió entre los árboles
y los matorrales y ya cuando habían avanzado una buena distancia, aquel viajero
entró en dudas y preguntó: – ¿Es éste el camino? El nativo respondió: – Aquí no
hay caminos; yo soy el camino. La experiencia del aborigen guió a aquel viajero
perdido a través de la selva inexplorada, dándose cuenta de que efectivamente,
el guía era el camino.
De igual forma que el viajero,
todos nosotros estamos perdidos dentro de esta vida hasta que Jesús nos
encuentra y nos dice: Sígueme. Cuando
Jesús nos invita a seguirlo no solamente es porque es el único por el que
podemos ser salvos, sino que también nos llama a seguir sus pasos y su ejemplo
mientras estamos transitando por esta tierra. No hay otra manera de tener una
vida plena y significativa, ni de llegar a nuestro destino exitosamente sino a
través de nuestro Guía.
“Jesús le contestó: —Yo soy el
camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí” (Juan
14:6 NTV).
No importa que no veas los
caminos o senderos, solamente confía en Jesús porque no te dejará perdido ni te
abandonará, te mostrará y guiará por los mejores lugares; recuerda que Él es el Camino.
¡Gracia y Paz!
Ana María Frege Issa
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