Si hablar de Santidad
externa es ser legalista, pues entonces el primer legalista es Dios.
Lo que me gusta de tocar este tema es que siempre para
los cristianos que andan en la luz, esto es leche que alimenta y dulce al
paladar. Pero para los que andan en tinieblas, esto es espada de dos filos, como
dice Hebreos 4:12. Pero no los culpo, en sus congregaciones nunca les enseñan
la Santidad porque el pastor no quiere meterse en camisa de once varas, como
dicen por ahí. Muchas citas bíblicas respaldan que Dios demanda SANTIDAD. Nuestro
cuerpo es templo del Espíritu Santo (1 Corintios 3:16-17, 1 Corintios 6:19-20).
Se debe guardar en Santidad como lo demanda la Palabra (1 Tesalonicenses 5:23,
1 tesalonicenses 4:7, 2 corintios 7:1, Levítico 11:44, Levítico 19:2, Levítico
20:7, Levítico 20:26, Hebreos 12:14, 1 Pedro 1:16).
El que rechaza la santidad no rechaza al hombre sino a
Dios y cuando se habla de Santidad también se habla de apartarse del mal, del
mundo, de todos los deseos carnales y santificarse espiritual y físicamente. También
1 tesalonicenses 4:3 dice que la voluntad de Dios es nuestra santificación y el
verso 8 dice: “Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios,
que también nos dio su Espíritu Santo”.
¡Gracia y Paz!
Tomado de: Joshua Rojas
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