miércoles, 18 de febrero de 2015

FIDELIDAD Y PERFECCIÓN (Salmo 101:6)



Salmos 101:6
“Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección, éste me servirá”

En este salmo se destacan dos características de los herederos del reino: fidelidad y perfección.

Al decir “el que ande en el camino de la perfección”, David muestra que la experiencia de la rectitud, santidad, fidelidad, justicia (o como tú la quieras llamar), es una experiencia dinámica. Andar o caminar es moverse hacia adelante, es dar un paso después de otro, es avanzar. Nadie anda para atrás, solo los cangrejos.

Crecer en Cristo lleva tiempo. El Espíritu Santo solo requiere de un instante para convertirnos, pero toda una vida para enseñarnos a andar. Al principio caemos, resbalamos. Con el tiempo y con los dolores, aprendemos a ser cuidadosos y vigilantes. Caer no hace a nadie un derrotado. Permanecer caído, sí.

Es necesario practicar el ejercicio de la paciencia. Al comienzo nos puede dar la impresión de que no avanzamos, o que nunca lo conseguiremos. En esos momentos, debemos tomarnos del brazo poderoso de nuestro Padre y creer en él. Dios nunca nos dejará ni nos abandonará.

Cuando Dios dice que sus ojos buscarán a los fieles de la tierra, se está refiriendo a todos los que seamos hijos sinceros que, reconociendo nuestra fragilidad, lo busquemos a fin de recibir de Él fuerzas para una vida de avance. El resultado de esta búsqueda diaria es la FIDELIDAD y la rectitud.

Aceptémosla gratuitamente de Cristo. Si tratamos de tener estas características sin la participación directa de Cristo ciertamente caeremos en el terreno del moralismo, alimentado por el orgullo y el egoísmo. El moralismo no es cristianismo, en ningún caso.

Hagamos del día de hoy un día de comunión con Cristo. Andando, comprando, vendiendo, trabajando o estudiando. Cualesquiera cosa que hagamos, hagámosla en Cristo y para Cristo Permitamos que Cristo participe en nuestra experiencia. Tomemos la mano poderosa del Salvador, porque Él dice: “Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; el que ande en el camino de la perfección”.

¡Gracia y Paz!

Camino a Jesús

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