Mateo 24:29-31
“Pero inmediatamente después de la
tribulación de esos días, EL SOL SE OSCURECERÁ, LA LUNA NO DARA SU LUZ, LAS
ESTRELLAS CAERÁN del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas. Entonces
aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y entonces todas las tribus
de la tierra harán duelo, y verán al HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE SOBRE LAS NUBES
DEL CIELO con poder y gran gloria. Y El enviará a sus ángeles con UNA GRAN
TROMPETA y REUNIRÁN a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de
los cielos hasta el otro”.
Pronto, muy pronto presenciaremos el momento más anhelado
por los que amamos al Señor y esperamos con ansias la venida de nuestro amado Salvador.
Él es nuestra esperanza en medio de este mundo de caos y desastre. Cristo vendrá
con gran poder y gloria, hay de aquellos que lo rechazan, se lamentaran en ese
gran día.
Todo verdadero cristiano, que ama al Señor, sabe y siente
en lo más profundo de su corazón que el día está cerca. ¡Cristo viene! qué
hermoso será ese día, Él limpiara toda lagrima y quitara todo dolor. ¿Que mas
podemos pedir?, nosotros que no merecíamos el sacrificio de Jesús en la Cruz
del Calvario.
Gocémonos del privilegio de servir a Cristo, es un honor
tan grande que día con día debemos esforzarnos en hacer todo lo que Dios manda
en su Palabra, para que Él este complacido con nosotros y en ese glorioso día nos
diga: “…Bien, siervo bueno y fiel […] entra en el gozo de tu señor”.
¡Gloria al Dios vivo y verdadero, al que vive y Reina
para siempre, al Él sea toda la gloria, alabanza, majestad, imperio y potencia,
ahora y por los siglos de los siglos, Amen!
¡Gracia y Paz!
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