“…Sed llenos del Espíritu”
(Efesios 5:18b)
Todos los que hemos creído en el Señor Jesucristo hemos
recibido el Santo Espíritu de Dios (Juan 7:38-39).
“No Contristéis al Espíritu Santo” (Efesios 4:30). No
permitas que el pecado permanezca en ti sin confesarlo, causando así tristeza y
pesar al Espíritu Santo que mora en ti. Él nunca va a llenar y usar un vaso
sucio. Reconoce el pecado, no lo escondas, no lo encubras, enfréntalo; se
honesto delante de Dios, ve el pecado como Dios lo ve, odia el pecado como Dios
lo odia, admítelo (1 Juan 1:6-9).
El santo Espíritu de Dios mora en cada creyente nacido de
nuevo (1 Corintios 6:19; Romanos 8:9).
¿Estoy limpio y preparado para que el Santo Espíritu de
Dios more en mí? ¿Hay en mi vida algún pecado sin confesar? (Salmo 139:23-24).
[Pasajes para estudiar: 1 Juan 1:5-10; Juan 13:4-11;
Santiago 4:8-10; Salmo 51 y Salmo 32].
¡Gracia y Paz!
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