Muchas veces los afanes de la vida nos llevan a ocuparnos
demasiado de nosotros mismos y olvidarnos de servir a Dios. Jeremías describe
lo complicadas que pueden llegar a ser nuestras vidas si nos olvidamos de
servir a Dios. Todos sus hijos le debemos obediencia, servicio y alabanza, a
fin de que seamos para alabanza de su gloria (Efesios 1:12); “Porque somos
hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios
preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).
Sigamos la recomendación de Jeremías, presentemos todos
los días nuestro corazón y nuestras manos al Señor, y sin palabras le estaremos
diciendo, aquí estoy Señor, ¿qué quieres que haga?
¡¡Bendiciones abundantes para todos en este año nuevo!!
¡Gracia y Paz!
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