¡AMA A TUS ENEMIGOS!
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu
prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por
los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que
está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace
llover sobre justos e injustos" (Mateo 5:43-45).
Los cristianos debemos amar a otros como Dios los ama.
Esta es la norma del amor Divino. Dios nos ama porque Él escogió amarnos, no
porque no lo merecíamos, sino sólo por Su gracia.
El amor no es un sentimiento sobre otra persona. El amor
divino es una elección. Es algo posible y los cristianos debemos expresarlo con
acciones piadosas. Debemos actuar siempre sobre lo que sabemos es correcto.
Jesús nos dio el ejemplo cuando oro por aquellos que lo
estaban crucificando: "Padre, perdónalos porque no saben lo que
hacen" (Lucas 23:24).
La parábola del Buen Samaritano nos enseña a ver como
vecinos a todos los hombres (Lucas 10:29.
Jesús definió a nuestros enemigos como aquellos que nos
maldicen, nos odian, y egoístamente nos usan. Esta clase de personas son las
que nos necesitan para enseñarles el amor. Recordemos que Él nos amó cuando
éramos sus enemigos.
Jesús dijo en este contexto: "Sed, pues, vosotros
perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mateo
5:48). La palabra "perfecto" implica integridad y madurez como hijos
de Dios. Esta madurez no la vamos a conseguir en nuestras propias fuerzas, la
obtendremos en la medida que busquemos la presencia de Dios y obedezcamos su
Palabra. De igual manera, no podremos amar a nuestros enemigos en nuestras
propias fuerzas, necesitamos buscar a Cristo, quien nos dará la capacidad para
lograrlo.
¡Gracia y Paz!
No hay comentarios:
Publicar un comentario