La seguridad absoluta no existe en este mundo, a menos
que vivamos bajo el amparo y protección de Dios. La Biblia nos dice en el Salmo
91:1 que “el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del
Omnipotente”. Dios es el único que puede garantizarnos seguridad en cualquier
situación que se nos presente en la vida, porque él es omnisciente y es
omnipotente. Todo lo sabe y todo lo puede. Y la seguridad que él nos ofrece nos
cubre, no solamente en esta vida sino por toda la eternidad.
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