ORACIÓN:
Mi amante Padre celestial, gracias mi Dios, por tus
promesas de ayudarme y suplir mis necesidades. Aumenta mi fe, para que yo no
vacile ni un instante en acudir a tu trono de gracia en busca de ayuda en mis
necesidades, aún en las más simples e insignificantes. En el nombre de Jesús,
Amén.
Dios está al tanto de todas nuestras necesidades (aún las
más pequeñas e insignificantes) y las suple con amor “conforme a sus riquezas
en gloria en Cristo Jesús”. Sólo tenemos que creer. Así lo afirma Jesús en
Mateo 21:22 “Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”.
Dios contesta nuestras oraciones, y sus promesas son una
realidad mayor que nuestros problemas. ¡Qué Padre tan maravilloso! Sólo tenemos
que acercarnos a él trayéndole nuestros problemas y confiar en su amor y su
poder, como nos dice Hebreos 4:16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono
de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro”.
¡Gracia y Paz!
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