¿Caminas por fe o
por lo que ves?
2 Corintios 5:7
"Porque por fe andamos, no por vista".
En la ciudad de Blackpool, Inglaterra construyeron una
plataforma de vidrio laminado en la cima de una torre de 117 metros (unos 380 pies)
de alto. El propósito es dar a la gente la ilusión de andar en el aire. Un
periódico publicó la foto de una mujer en el borde de la “invisible” plataforma
con los puños cerrados contra su cara, tratando de reunir el valor para dar un
paso. Le habían dicho que la plataforma era completamente segura, pero aún así
tenía miedo de caminar sobre ella.
Como cristianos tenemos la capacidad de movernos en un
nivel superior, el cual el mundo sin Cristo no puede alcanzar. Hemos sido
llamados a caminar de manera sobrenatural en un mundo natural. La fe puesta en
Dios mueve su mano, y crea las condiciones que traen la bendición y el favor
del Señor sobre nuestras vidas. Sin embargo hay muchos cristianos que actúan
como la mujer de la historia: no se atreven a dar el paso de fe. Se dejan
llevar por lo que ven y no por lo que Dios ha dicho que será.
Cuando los problemas y las dificultades se agolpan en
nuestras vidas, a menos que respondamos sobrenaturalmente basados en el poder y
la misericordia de Dios seremos derrotados. En el Salmo 23, David manifiesta que
el Señor es su Pastor, y de ahí la seguridad que él tiene de que nada le
faltará, ni en el aspecto físico ni en el emocional ni en el espiritual, y
afirma que aún en las más terribles circunstancias (“Aunque ande en valle de
sombra de muerte”), no habrá de temer a nada ni a nadie. Finalmente resume su
seguridad y su confianza de la siguiente manera: “Ciertamente el bien y la
misericordia me seguirán todos los días de mi vida”. El cristiano debe vivir
cada día de su vida creyendo en su corazón y confesando con sus labios que a él
lo siguen el bien y la misericordia de Dios y no la pobreza, la enfermedad o la
calamidad. Cuando de todo corazón hacemos una manifestación de fe como la que
hizo David en este salmo, estaremos preparados para toda aflicción o dificultad
que se presente, pues la misericordia y la gracia de Dios estarán sobre
nosotros en todo momento.
También en el Salmo 5:12, hay otra promesa de la cual
debemos estar siempre aferrados. Dice: “Porque tú, oh Jehová, bendecirás al
justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor”. La Biblia está llena de
promesas de Dios para sus hijos. Es importante que creas estas promesas, y
tengas fe en que vas a ser recipiente de ellas en el momento oportuno, conforme
a la voluntad de nuestro Padre celestial. Romanos 4:17 dice que Dios “llama las
cosas que no son, como si fuesen”. En momentos difíciles de tu vida debes echar
a un lado el temor y por fe “ver” la solución, sabiendo que el Señor ya la ha
visto, y él desea bendecir tu vida y rodearte de su favor. Por eso a través de
la epístola a los Hebreos, Dios define la fe como “la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve”.
Sin duda encontraremos en esta vida dificultades y
problemas que causarán en nosotros tristeza y aflicción. Jesús les dijo a sus
discípulos: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo”. Esta es la clave: confiar, tener fe. Aunque a tu alrededor haya
circunstancias negativas, recuerda que Dios quiere bendecirte, y él tiene el
poder para hacerlo. Quizás el Señor te esté preparando para que recibas esas
bendiciones. No mires las circunstancias que te rodean, concéntrate en el amor
y la misericordia de Dios, haz tuyas sus promesas, camina por fe y marcha
adelante en busca de la victoria.
ORACIÓN:
Gracias, Padre, por tu promesa de bienestar para mi vida
bajo tu cuidado. Dame confianza y fortaleza para actuar conforme a tus promesas
y no a las circunstancias que me rodean. Quiero estar preparado para toda
aflicción o dificultad que se me presente, pues confió en que tu misericordia y
gracia estarán sobre mí en todo momento. Te ruego me ayudes a caminar por fe
cada día de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
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