¿Le has hablado a alguien de Jesucristo?
Marcos 16:15
“Y les dijo: Id
por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
Jesús había
resucitado. El plan de Dios para la salvación de la humanidad había sido
consumado. Pronto partiría para sentarse a la diestra del Padre en el trono
celestial. Antes de partir, el Señor les habla a sus discípulos, a aquellos que
tuvieron el privilegio de pasar tres años junto a él. Ahora les expone la
próxima fase del plan. A ellos les correspondía comunicar al mundo todo lo que
habían aprendido del Maestro, y mostrar a todos el único camino para la
salvación de sus almas y la vida eterna. “Y el Señor, después que les habló,
fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos,
saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la
palabra con las señales que la seguían. Amén” (Marcos16:19-20).
Cuando un
misionero leyó una porción de la
Biblia a unas personas de una aldea remota en Sudamérica,
ellos escucharon hablar de Cristo por primera vez. Cuando el misionero terminó
de leer, uno de los habitantes de la aldea le preguntó: “¿Usted conoce al
hombre del libro?” Sin vacilar un segundo, él le aseguró que sí, que lo conocía
muy bien. Posteriormente el misionero contó la historia a un amigo y le dijo:
“Gracias a Dios que yo conocía al Hombre del Libro. Y pude presentárselo a
aquellas personas que nunca habían experimentado su amor ni su perdón”.
Ciertamente no
podemos presentarle a nadie a una persona a la cual no conocemos. Por medio de
la lectura de la Biblia
y la oración diaria y nuestro servicio al Señor llegamos a conocerlo de manera
que podamos llegar a ser no solamente sus siervos, sino sus amigos. En Juan
15:15, Jesús les dice a sus discípulos: “Ya no os llamaré siervos, porque el
siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas
las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer”.
Cuando llegamos
a conocer a Jesús como un amigo, todas esas “cosas” nos son reveladas y
nosotros podremos darlas a conocer a otros que necesitan del amor y el cuidado
de nuestro Señor. Por medio del trato diario durante tres años, los apóstoles
llegaron a conocer plenamente a Jesús, y esto los capacitó para que iniciaran la Gran Comisión cuyo
fin es que toda criatura llegue a conocer al Salvador del mundo. David, varón
conforme al corazón de Dios, en algún momento de su vida reconoció su necesidad
de conocerlo. En el Salmo 119:125 expresa: “Tu siervo soy yo, dame
entendimiento para conocer tus testimonios” De igual manera debemos pedir a
Dios y esforzarnos por conocerle profundamente.
El genuino deseo
de un cristiano de dar a conocer a Jesucristo a aquellos que viven en tinieblas
y en miseria espiritual, se expresa de manera preciosa en esta canción que
escribió Mildred L. Dillon:
♫ Me gustaría que conocieras
a mi Cristo ♪
♪ Y que lo amaras tanto como
yo, ♫
♫ Porque si conocieras a mi
Cristo, ♪
♪ Lo amarías como lo amo yo. ♫
♪ Su vida dio en el Calvario ♫
♫ En sacrificio por ti, ♪
♪ Si recibes a mi Cristo, ♫
♫ Lo amarás mucho, sí. ♪
¿Alguna vez has
tenido un amigo famoso en el campo político o en los deportes o muy exitoso en
los negocios? ¿Verdad que te has sentido bien al presentarlo a otras personas? Tu
que ahora conoces a Cristo… ¿no te gustaría disfrutar grandemente presentar a
los demás al Rey de Reyes y Señor de Señores, Admirable, Dios Fuerte, Príncipe
de paz?
A nuestro
alrededor hay muchas personas que necesitan conocer a Cristo como Salvador.
Pidámosle a Dios que nos llene del anhelo de presentarlo, sin temor ni
vergüenza cada vez que tengamos una oportunidad. Entonces seremos instrumentos
en las manos de Dios para llevar a cabo su plan de salvación para esta
humanidad que tanto necesita ser rescatada del pozo donde se encuentra.
ORACIÓN:
Amante Padre
celestial, te ruego me capacites para dar a conocer a tu Hijo Jesucristo, para
que las personas que aún viven en la oscuridad del pecado lo conozcan y puedan
aspirar a tener una relación personal con Él. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
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