Una vez que caes en el tiendes a
hundirte mas y mas en el fango. Vas camino de la destrucción eterna mientras te
inundas en una oscuridad profunda.
La única
esperanza que tienes es mirar hacia arriba y ver la luz de la presencia del
Señor alumbrándote. Aunque desde el fondo del pozo, tu perspectiva te indique que
estas mirando un rayo de luz débil, esos rayos de esperanza pueden alcanzarte...
no importa lo profundo que estés. Si mantienes tu mirada en el Señor podrás
empezar a salir del abismo de la desesperación en que te encuentres. Cuando
alcances su mano y te agarres de ella, Él te traerá nuevamente a su luz. Te
limpiará, te quitará toda la suciedad y te cubrirá con su manto de justicia y ambos,
el Señor y tu, echarán a caminar juntos por el camino de la vida.
“Gracia y Paz”
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