viernes, 5 de abril de 2013

PREDICA LA PALABRA CON AUTORIDAD



“Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas” (Mateo 7:28-29).

El más grande y famoso sermón jamás predicado, el Sermón del Monte, dejó impresionados y atónitos a los que lo escucharon. El Señor Jesús dejó a la audiencia en un prolongado asombro, por lo que decía y cómo lo decía.

Lucas 4:32 nos dice lo siguiente: “Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad”.


Autoridad, no autoritarismo

Predicar con autoridad, no es fácilmente comprendido por la gran mayoría. Algunos confunden la palabra autoridad con autoritarismo. Tener autoridad no es tener el control, ni es tener influencia sobre las personas ni usar de la manipulación.

El Apóstol Pedro amonesta a los predicadores que cuando prediquemos la palabra lo hagamos “no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Pedro 5:3). Pero, ¿qué quiere decir hablar con autoridad? Para ello, son indispensables los siguientes elementos:

1. Conocer a Cristo y haber tenido una experiencia personal con él.

2. Predica como un Mensajero del Señor.


Conocer a Cristo

La autoridad que se adquiere por medio de la experiencia personal es algo incomparable. La experiencia personal fue un elemento importante para que los Apóstoles tuvieran una enorme autoridad al presentar el mensaje, Pablo nos dice en 2 Corintios 4:13: “Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos”.

Ellos conocían a Cristo y habían tenido una experiencia personal con él. Habían sido testigos oculares de la Gloria de Cristo. Y a pesar de las circunstancias adversas que muchas veces tuvieron que enfrentar, nunca se amedrentaron, sino que con más valentía y autoridad hablaban de Cristo. Solamente ponle atención a las palabras del Apóstol Pedro: “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad” (2 Pedro 1:16).

Sin este elemento, es imposible ser un predicador de la Palabra de Dios y mucho menos poder presentar el mensaje con autoridad. ¡Debemos anhelar cada día estar contemplando su hermosura y majestad!


Predica Como Un Mensajero Del Señor

No se puede predicar con autoridad sobre lo que no se cree personalmente con todo el corazón. La Biblia es la Palabra de Dios, es por ello que podemos predicarla con autoridad. La autoridad de Cristo Jesús consistía en que “Él predicaba las Sagradas Escrituras”.

Nuestra autoridad radica en Dios y no en nosotros. Cada predicador es un mensajero del Señor, debemos hablar como sus mensajeros y decir con plena certeza: “Así dice el Señor”. Nosotros decimos las palabras de Cristo y no las nuestras. Dios te ha puesto donde tú estás para enseñar ciertas cosas, eres un instrumento de Dios y bajo autoridad. Siempre debes saber que en la congregación o en donde tu te encuentres eres como un mensajero enviado.

Es importantísimo tomar en cuenta que, al predicar la palabra del Dios, estamos al igual que un alma rogándole a otra: “Reconcíliate con Dios” (2 Corintios 5:20).

Recuerda, esta cualidad no es para abusar del rebaño del Señor, es para compartir el mensaje que nos ha sido encomendado. Lo que sorprendió a la multitud más sobre la enseñanza de Jesús era que hablaba con autoridad (Mateo 7:28,29). No es que el predicador sea infalible, el predicador no es infalible, sino porque Dios habla a través de él, haciendo afirmaciones sobre la vida de las personas, diciendo la verdad con valentía, asumiendo posiciones valientes donde los demás se encogen de miedo.

Que Dios continúe bendiciendo tu vida, tu testimonio y tu ministerio, y que su gracia infinita esté cada día en tu vida.

“Gracia y Paz”
Aprendiendo la Sana Doctrina

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