1 Pedro 2:9-12
“Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para
que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois
pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero
ahora habéis alcanzado misericordia. Amados, yo os ruego como a extranjeros y
peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el
alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en
lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día
de la visitación, al considerar vuestras buenas obras”.
¿Qué término describe mejor tu
vida como cristiano: creyente o seguidor de Cristo? Un creyente puede creer en
ciertas cosas, sin necesidad de ponerlas en práctica. Pero decir: “Soy seguidor
de Jesucristo” orienta tu vida en un solo camino.
¿Cómo podemos seguir el camino al
que Dios nos llama?
Primero,
debemos creer en Él (Juan 14:1), porque no seguiremos a alguien si no creemos
en esa persona. La fe crece a medida que permanecemos en Cristo y descubrimos
la hermosura de su carácter, la profundidad de su amor y la perfección de su
plan.
Segundo,
seguir significa obedecer al Señor (Juan 14:15). Cuando se trata de obedecer a
Dios, solo hay dos respuestas: lo haré o no lo haré. Un verdadero seguidor de
Jesucristo combina la fe con la obediencia, y se esforzará en decir “Sí, lo
haré”, aunque algo sea difícil. “Sí, lo haré”, cuando sea impopular, y “Sí, lo
haré”, aunque eso pueda causarle dolor o sufrimiento.
Por último, seguir significa servir a
Jesucristo. Como hijos de Dios, no debemos ser simplemente observadores;
debemos participar activamente en la obra del Señor. Los espectadores se
sientan para ver, pero hemos sido llamados a usar nuestros dones espirituales y
a servir todo el tiempo. En el cuerpo de Cristo, cada miembro, hombre o mujer,
está llamado a hacer su parte (1 Corintios 12:27, 18).
Jesucristo confió en su Padre por
completo, lo obedeció sacrificialmente (Filipenses 2:8) y tuvo una vida de
servicio (Mateo 20:28). Estamos llamados a imitarlo. ¿En cuál de estos aspectos
necesitas tu seguir a Cristo más de cerca? Pídele al Espíritu Santo que te dé
el corazón de un siervo obediente.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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