Juan 20:31
“Éstas (cosas) se han escrito
para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo,
tengáis vida en su nombre”.
Hechos 11:26
“Y a los discípulos se les llamó
cristianos por primera vez en Antioquia”.
Un jefe de estado, hoy fallecido,
declaraba a un periodista: «Nací cristiano, probablemente moriré como tal.
¿Entretanto…?». Sin duda quería decir que había nacido en una familia
practicante, había sido bautizado, y que en su entierro probablemente se celebraría
un oficio religioso; pero entre esos dos acontecimientos, viviría como le
conviniera. Y ésta es la manera de ver de muchas personas en nuestros países
cristianizados. ¿Pero es verdaderamente esto ser cristiano?
Si nos referimos a la Biblia , la Palabra de Dios, no vemos
en ninguna parte que uno sea cristiano por herencia o por cultura, ni que
alguien llegue a serlo por el hecho de estar bautizado, de asistir a oficios
religiosos o aun por llevar una vida irreprochable. No, ser un cristiano
auténtico es ser discípulo de Jesucristo.
Para llegar a serlo, hace falta
una doble condición: por una parte reconocer que Jesucristo es el Hijo de Dios,
muerto en la cruz para expiar los pecados que cometí, y por otra parte que su
muerte y resurrección me permiten estar reconciliado con Dios. Es un nuevo
nacimiento espiritual y el punto de partida de una nueva vida, de una relación
personal con Dios. Él hace de cada uno de nosotros una persona diferente,
transformada, quien halla un sentido a su vida. Si tu todavía no tienes esta
convicción, pide a Dios que la haga nacer en tu corazón.
“Gracia y Paz”
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