1 Juan 1:5
“Y este es el mensaje que oímos
de él, y os anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas”.
De eso viene un problema. ¿Cómo
vamos a acercarnos a Él? Si miras al sol fijamente, pierdes la visión. “El, el único
que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los
hombres ha visto ni puede ver…” (1 Timoteo 6:16). Cuando Moisés pasó tiempo con
Dios en el monte de Sinaí, resulto que su cara brillaba por el reflejo. Pero la
luz de Dios también se refiere a su santidad. En su presencia no puede existir
ninguna impureza, decepción, o pecado de cualquier clase. ¿Entonces cómo vamos
a acercarnos a esa luz tan brillante, ya que nosotros somos tan perdidos y
miserables pecadores? ¡Dios a proveido una manera que podemos acercarnos a El!
Jesús tomó a sí todas nuestras tinieblas y pecados en la cruz de Calvario, y
cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y le recibimos como nuestro único y
suficiente salvador, ¡Somos vestidos en la luz y la justicia de Cristo!
Jesús nuestro salvador ha
destrozado por completo la barrera que nos impedía acercarnos a Dios, de modo
que podemos entrar por las puertas de la gloria con toda confianza.
¡Gracias Jesús! ¡Gracias Salvador
Bendito! Alabado sea tu nombre para siempre. ¡Aleluya!
“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día
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