Amados hermanos y Hermanas, Este
tema, por la importancia que reviste, requiere de un estudio y análisis
concienzudos, por lo que me permito animarlos a que lo lean con detenimiento y sin prejuicios doctrinales. Cualquier
comentario se los voy a agradecer, ya que yo no soy el Non-Plus de la Sana Doctrina , yo también estoy
aprendiendo de todos ustedes. (Carlos Martínez).
Algunos grupos de cristianos
insisten en que los creyentes en Cristo nacidos de nuevo bajo la dispensación
del Nuevo Pacto deben estar sujetos a la ley de Moisés especialmente en lo que
se refiere a guardar el día Sábado. Muchos de ellos no cesan de hostigar y
condenar a aquellos creyentes que no van al edificio de reunión de la iglesia
el día Sábado. Ellos aseguran que la identificación de un verdadero creyente
está en guardar este día en particular.
Eso es tan cierto que algunos han declarado sin ninguna base bíblica que
el Sábado es el "sello de Dios" y que en el último tiempo solo
aquellos que guarden el Sábado serán salvos.
Algunos de estos hermanos en
Cristo han creído lo que sus líderes le han enseñado y lo viven por sincero
temor y miedo a ofender a Dios y perder su estado de favor o gracia ante
Él. Muchos que guardan el Sábado
argumentan que fue la
Iglesia Católica Romana la que se tomó la autoridad de
cambiar el día de Reposo de Sábado para el día Domingo en el siglo IV bajo el
gobierno de Constantino. Lo cierto es
que NO fue la Iglesia
Católica la que anuló el Sábado, sino que fue el Espíritu
Santo mismo quien inspiró a los escritores del Nuevo Pacto para esto.
Bajo el Nuevo Pacto, en ninguna
parte se ordena a los cristianos a observar el Sábado, pero si se le amonesta y
reprende por hacerlo. A continuación una
lista de citas bíblicas bajo el Nuevo Pacto en el cual se prueba que la
enseñanza apostólica era que el Sábado no se debía de observar como principio
cristiano ni de identificación alguna para el pueblo de Dios.
No condenamos aquellos que
observan el Sábado pero tampoco aceptamos que se nos predique e insista a tal
práctica como mandamiento requerido bajo el Nuevo Pacto, ni mucho menos como
SEÑAL de un verdadero cristiano. ¡Somos salvos por GRACIA por medio de la fe y
no por las OBRAS de la ley!
La ley de Moisés contenía en si
mandamientos y ceremonias que miraban o apuntaban hacia Cristo, cosas las
cuales Dios llama en su Palabra, "Sombra de lo que había de
venir". Una vez que Cristo vino, ya
estas sombras son innecesarias, pues han perdido su razón de ser y de existir.
A diferencia de muchos llamados creyentes creemos que la ley de Dios es
perfecta y perpetua pero también entendemos que el "día Sábado" era
una de estas sombras que habían de cumplirse y que tenían un significado en
Cristo.
Gálatas 4:1-11 “Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño,
en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo; sino que está bajo
tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre. Así también
nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del
mundo. Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,
nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo
la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois
hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama:
¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también
heredero de Dios por medio de Cristo. Ciertamente, en otro tiempo, no
conociendo a Dios, servíais a los que por naturaleza no son dioses; mas ahora,
conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os
volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis
volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me
temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros”.
Pablo estaba preocupado con la Iglesia de los Gálatas y
llegó a pensar que quizás había perdido su tiempo (trabajado en vano) con ellos
porque todavía NO MADURABAN, NI CRECÍAN ESPIRITUALMENTE para aceptar la realidad
de la libertad en Cristo Jesús. Ellos todavía seguían apegados a la ley de
Moisés y a la idea de GUARDAR el Sábado, y los demás días de fiesta instituidos
en la Ley Mosaica.
En el verso cinco Pablo les
aclara a los cristianos de Gálatas que Cristo vino para redimir y vivió bajo la Ley para REDIMIR (comprar,
rescatar) a los que estaban bajo la ley para que pudieran ser hechos HIJOS
LIBRES con el Espíritu en los corazones. NO que antes no hayan sido hijos pero
eran hijos esclavizados tal como lo dice en el verso uno: "el heredero es
niño, en nada difiere del esclavo... Así también nosotros, cuando éramos niños,
éramos esclavos bajo los rudimentos del mundo".
Gálatas 4:12-24 “Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo
también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho. Pues vosotros
sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al
principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi
cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.
¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy
testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios
ojos para dármelos. ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?
Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de
nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos. Bueno es mostrar celo en lo
bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros. Hijitos míos,
por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en
vosotros, quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy
perplejo en cuanto a vosotros. Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no
habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la
esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas
el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son
los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para
esclavitud; éste es Agar”.
Nótese bien, en el Monte Sinaí (Tipo
de esclavitud) se dieron los diez mandamientos…
Gálatas 4:25-26 “Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde
a la Jerusalén
actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la
cual es madre de todos nosotros, es libre”.
La madre, patria o pacto de los Cristianos
es la Jerusalén
Celestial …
Gálatas 4:27-29 “Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no
das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;
Porque más son los hijos de las desolada, que de la que tiene marido. Así que,
hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces
el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el
Espíritu, así también ahora”.
Gálatas 4:30-31 “Mas ¿qué dice la Escritura ? Echa fuera a la esclava y a su hijo,
porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera,
hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre”.
Este es el mandamiento para todos
los cristianos. ¡Echa fuera el "legalismo" para que seas libre! ¡Somos cristianos nacidos de arriba, de Dios
y en Libertad!
2 Corintios 3:1-7 “¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros
mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para
vosotros, o de recomendación de vosotros? Nuestras cartas sois vosotros,
escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no
con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón. Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con
Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual
asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino
del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. Y si el
ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que
los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa
de la gloria de su rostro, la cual había de perecer”.
El apóstol Pablo habla claramente
que la Gloria
de lo que estaba ESCRITO EN PIEDRAS había de perecer. Lo único que ha sido
escrito en Piedras fue ¡Los Diez Mandamientos! El pacto de Moisés es llamado el
ministerio de la MUERTE Y
LA CONDENACIÓN.
2 Corintios 3:8-9 “¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del
espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más
abundará en gloria el ministerio de justificación”.
2 Corintios 3:10 “Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en
este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que
perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece”.
Lo que perece son los diez
mandamientos y la ley de Moisés con toda su gloria…
2 Corintios 3:12-18 “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha
franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los
hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser
abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy,
cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual
por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el
velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor,
el velo se quitará. Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu
del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”.
Este es el llamado del CRISTIANO,
ser cada día mas y más como el Señor por medio del Espíritu y la transformación
de nuestra mente.
Colosenses 2:16-17 “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o
en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra
de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”.
El Apóstol Pablo nos dice muy
claramente que: Los días de fiesta, los días de luna nueva, y los DÍAS DE
REPOSO judíos eran SOMBRA O TOPOLOGÍA de la realidad que es en Cristo.
Hebreos 4:1-2 “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa
de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque
también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les
aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron”.
Estar en el verdadero reposo es
¡Estar EN CRISTO por medio de la fe!
Hebreos 4:3-9 “Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la
manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque
las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Porque en cierto
lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo
día. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. Por lo tanto, puesto que falta
que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena
nueva no entraron por causa de desobediencia, otra vez determina un día: Hoy,
diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis
hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. Porque si Josué les hubiera dado
el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el
pueblo de Dios”.
Queda un reposo para el pueblo de
Dios. Ese reposo es estar EN CRISTO por medio de la fe. A medida que los
ESCOGIDOS (El pueblo de Dios) creen en Cristo, ¡ENTRAN EN EL REPOSO!
Hebreos 4:10-11 “Porque el que ha entrado en su reposo, también ha
reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en
aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia”.
Los desobedientes al evangelio que
no creen en Cristo no entran al verdadero reposo de Dios!
Romanos 14:1-6 “Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre
opiniones. Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come
legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no
juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quién eres, que juzgas al
criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme,
porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme. Uno hace diferencia entre
día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente
convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor;
y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el
Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come,
y da gracias a Dios”.
Así que ninguno nos obligue a
guardar Sábados ni días especiales como prueba de nuestra cristiandad, pues el
que tal cosa hace es el débil que trata de imponer sus flaquezas en los demás.
Romanos 14:7-23 “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno
muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor
morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque
Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los
muertos como de los que viven. Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú
también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante
el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí
se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno
de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Así que, ya no nos juzguemos más los unos
a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al
hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo;
mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de
la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que
por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. No sea, pues,
vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino
justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a
Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que
contribuye a la paz y a la mutua edificación. No destruyas la obra de Dios por
causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que
el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni
beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se
condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es
condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es
pecado”.
Dios tuvo la oportunidad perfecta
para imponer el día Sábado a la iglesia y no lo hizo. En el concilio de
Jerusalén cuando se debatía si los creyentes debían de guardar la ley o no,
después que todos hablaron acerca de las cosas que Dios estaba haciendo entre
los gentiles, Jacobo, LLENO DEL ESPÍRITU SANTO, habló y dijo:
Hechos 15:28-29 “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a
nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os
abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación;
de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien”.
En resumen:
1. Libres de Idolatría
2. Libres de Inmundicia
3. Libres de Inmoralidad sexual
Se da cuenta que el cambio del
Día de Reposo fue inspirado por el Espíritu Santo y los Apóstoles, y no por Roma,
ni Constantino, ni los Papas...
Hechos 15:1-31 “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los
hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser
salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con
ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de
ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. Ellos,
pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria,
contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los
hermanos. Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los
apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con
ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se
levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la
ley de Moisés. Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este
asunto. Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones
hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los
gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que
conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo
que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando
por la fe sus corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre
la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos
podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos,
de igual modo que ellos. Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y
a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por
medio de ellos entre los gentiles. Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió
diciendo: Varones hermanos, oídme. Simón ha contado cómo Dios visitó por
primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. Y con
esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de
esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé
sus ruinas, Y lo volveré a levantar, Para que el resto de los hombres busque al
Señor, Y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, Dice el
Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. Por lo cual yo juzgo
que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les
escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de
ahogado y de sangre. Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad
quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. Entonces
pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de
entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que
tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los
hermanos; y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los
hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria
y en Cilicia, salud. Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de
nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras,
perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha
parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a
vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida
por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas,
los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien
al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas
necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado
y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo
bien. Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo
a la congregación, entregaron la carta; habiendo leído la cual, se regocijaron
por la consolación”.
NO PASARA NI UNA JOTA NI UNA
TILDE DE LA LEY
Después de haber presentado la
enseñanza de los apóstoles respecto a la ley y al Sábado, ahora veremos que fue
lo que quiere decir Cristo cuando dijo que no pasaría ni una jota ni una tilde
de la ley hasta que todo se cumpliese.
Mateo 5:17-19 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los
profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os
digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará
de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que
quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres,
muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga
y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”.
Aquí tenemos un aparente
problema, hemos visto que Pablo amonestó a los cristianos de Gálatas que guardaban
el Sábado y dijo a los Romanos que el que hacia diferencia entre día y día era
débil, y también dijo a los Colosenses que no dejaran que nadie les juzgara por
no guardar los días de reposo, los días de luna nueva y los días de fiesta.
Todo esto es parte de la ley, el apóstol Pablo también enseñó que la ley con
toda su gloria habría de pasar. El libro de Hebreos nos dice que la ley ha sido
dada por vieja y que desaparecería.
En el concilio de Jerusalén
"el Espíritu Santo" movió a Pablo, Pedro, Jacobo y los apóstoles y
hermanos presentes a no obligar a los creyentes a guardar la ley de Moisés y
solo le dieron tres mandamientos a seguir y de estos ninguno venia directamente
de los diez mandamientos. ¿Cree usted
que el Apóstol Pablo será llamado él más pequeño en el reino de los cielos por
haber enseñado tal cosa? ¿Cree usted que el Apóstol Pedro y Jacobo y los demás
apóstoles y hermanos estaban en pecado y faltando a las palabras de Cristo en
Mateo 5:17ss? Yo no lo creo, en lo mas
mínimo. Si alguien es llamado grande en el reino de los cielos ¡este es Pablo y
este es Pedro!
¡LA LEY PERMANECE !
Los apóstoles reconocieron la
realidad de lo que muchos hoy no han llegado a entender. La ley permanece
incambiable. El apóstol Pablo decía que la ley era buena y que era
espiritual, pero la ley esta para acusar
y para corregir; para traer a la luz el pecado para que el pecador se encuentre
condenado y al verse acusado por su estado de maldición, venga a Cristo.
Gálatas 3:19; 24-25 “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a
causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la
promesa… De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a
fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe ya no estamos bajo
ayo”.
Romanos 7:7-8 “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna
manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; …porque sin ley el pecado
esta muerto”.
El propósito de la ley es el de
exponer el pecado, por eso se llama el ministerio de la condenación y de muerte
(2 Corintios 3:9) porque expone al pecador y lo declara en deuda con Dios, condenado y muerto "porque la paga del
pecado es muerte" (Romanos 6:23.) Una vez el hombre reconoce su pecado y
su condición, entonces entra en vigor la gracia de Dios.
Los cristianos nacidos de nuevo
han sido justificados por medio de la obediencia a Cristo. ¡En Cristo somos
obedientes y cumplimos la ley! Por eso la ley ya no nos condena porque estamos “EN
CRISTO”. Cristo fue obediente a la ley por eso nosotros los cristianos somos
obedientes a la ley, porque la obediencia de Cristo se nos ha sido imputada.
Nuestra obediencia viene, no por guardar el Sábado (las obras) sino por la fe
en Cristo!
Esto es exactamente lo que nos
enseña Dios por medio de Pablo. No como quienes estamos sin ley sino como
quienes estamos bajo la ley del Espíritu. Cristo dijo que no vino a abrogar la
ley sino a cumplirla (satisfacer a plenitud). A eso vino Cristo y eso hizo, lo
que nadie había podido hacer Cristo lo hizo por nosotros.
Romanos 5:18-20 “Así que, como por la transgresión de uno vino la
condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino
a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la
desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así
también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. Pero la
ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó,
sobreabundó la gracia”.
Romanos 8:1, 10 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que
están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu (…) Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a
causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia”.
Gálatas 3:10; 12-14 “Porque todos los que dependen de las obras de la
ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no
permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas
(…) y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por
ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros
maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un
madero), para que en Cristo Jesús la
bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe
recibiésemos la promesa del Espíritu”.
El querer vivir bajo la ley es
caer en condenación. Los que no están en Cristo SON CONDENADOS POR LA LEY … Los diez mandamientos y
la ley perecen y han pasado para los que están en Cristo pues no tienen poder
de condenarlos, pues Cristo con su obediencia nos justifico. Los cristianos hemos
sido redimidos de la maldición de la ley y como dijo el Apóstol Pablo:
Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús…”
Gálatas 3:11-14 “Y que por la ley ninguno se justifica para
con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe,
sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió
de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito:
Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la
bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe
recibiésemos la promesa del Espíritu”.
Sin embargo, Dios ha mantenido el
principio de poner aparte un día de la semana. Por cuanto la gracia caracteriza
esta época, no ha dado un mandamiento al estilo de aquél del sábado, pero sí ha
mostrado en su Palabra que el primer día de la semana se distingue de tres maneras.
Primera:
La resurrección de Jesucristo hace que el día sea distintivo, por cuanto todos
los cuatro Evangelios especifican que fue el primer día de la semana que
nuestro Señor resucitó de entre los muertos, Mateo 2:1, etc., y esta gran obra
significa la realización del plan de redención.
Segunda:
Desde la Fiesta
de las Primicias, cuando Cristo resucitó de los muertos, transcurrieron
cincuenta días [los judíos cuentan el primero y el último], de manera que había
llegado el Día de Pentecostés cuando el Espíritu Santo se derramó sobre los
creyentes; compárese Hechos 2:1 con Levítico 23:15.
Tercera:
Fue en el primer día de la semana que los creyentes primitivos se reunían para
celebrar la Cena
del Señor. Considerando que el Salvador resucitó en ese día y el Espíritu vino
en ese día, es muy apropiado que sea el día en que el pueblo de Dios se
congregue para partir el pan, Hechos 20:7, y anunciar la muerte del Señor hasta
que Él venga, 1 Corintios 11:26.
Es en esta ocasión, según las
Escrituras, que se efectúa la ofrenda. Sabemos por 1 Corintios 16:2 que cada
primer día de la semana cada uno en la congregación pone aparte algo, según el
Señor le haya prosperado, y que este “algo” constituye “la ofrenda de los
santos”. Aprendemos que en el Nuevo Testamento esta ofrenda dominical es la
aplicación del principio que prevalecía bajo la Ley , cuando los judíos traían de la abundancia
voluntaria en sus manos, según Jehová su Dios les hubiere bendecido. Esto lo
hacían cada año precisamente en el Día de Pentecostés (“la fiesta de las
semanas”) según relata Deuteronomio 16:10.
En ninguna parte de la Palabra de Dios se habla
del primer día de la semana como un sábado. Destacamos, sin embargo, que el
creyente en Cristo da buen testimonio a sus prójimos, y beneficio a su propia
alma, al respetar el carácter peculiar del domingo de una manera parecida a
como el santo del Antiguo Testamento respetaba el día sábado. Es el Día del
Señor, el día que le corresponde a Él, cuando el Espíritu Santo comenzó otra
obra y cuando Dios desea recibir de los suyos una ofrenda de gratitud.
CONCLUSIONES:
·
El sábado es el séptimo día; el domingo es el
primero de la semana.
· El sábado era día de reposo para el Creador; fue
en el domingo que Cristo resucitó y echó la base para el reposo nuestro en
redención.
· El cumplimiento con el sábado era obligatorio
bajo la Ley , pero
el reconocimiento del domingo es un privilegio bajo la Gracia.
· El sábado señalaba a un pueblo terrenal, Israel,
pero el domingo distingue a un pueblo celestial, la Iglesia.
·
El sábado proclamaba lo que Israel podía hacer
para Dios; el domingo significa lo que Cristo ha hecho para nosotros.
·
El sábado se celebraba con la ofrenda de dos
corderos como holocausto, uno en la mañana y otro en la tarde, y la con lectura
de las Escrituras.
· El domingo se celebra con el partimiento del pan
en conmemoración de lo que Cristo ha hecho a nuestro favor, y también con
efectuar la ofrenda de los santos.
Que la Ley del Espíritu y la Ley del amor nos guíe a toda
verdad y toda justicia. Amen.
“Gracia y Paz”
Aprendiendo la Sana Doctrina
Jorge L. Trujillo, José Ángel
Rodríguez.
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