domingo, 6 de enero de 2013

VISTÁMONOS DE CRISTO



Romanos 13:11-14
“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”.

Antes de que nazca un bebe se rompe la fuente, síntoma inequívoco de que viene un nacimiento, antes de que venga la lluvia podemos ver las nubes grises sombreando nuestro entorno, dato inequívoco de que vendrá la lluvia, antes de que Cristo regrese habrá también datos inequívocos, señales de su pronta venida,( la apostasía de la iglesia, la indiferencia por las cosas santas, el avance científico y tecnológico, la promiscuidad sexual, la decadencia moral), La iglesia cristiana debe estar expectante, anhelante y preparada para estar con su Señor, Juan en el Apocalipsis 19 dice que la novia se está ataviando con joyas y vistiéndose de lino fino y este lino fino son más que la acciones justas de sus santos, podríamos interpretar que se prepara para su boda.

Sé que cuando vienes vestido de manera elegante (aun que se que para algunos es su estilo de vestir) para algunos de nosotros es muestra de que tenemos algún compromiso importante y queremos dar una buena imagen, las mujeres cuando saben que tendrán un evento de este tipo usan de bastante tiempo para prepararse, se cambian muchas veces por que quieren verse bien, pero nosotros ¿Cómo nos preparamos para estar con el Señor? ¿Nos preocupa la imagen que daremos ante el Señor el día que venga por nosotros o nos lleve con El? No me refiero a que literalmente nos vistamos de algún tipo de ropa para impresionar a Jesús sino que nos vistamos o que nos preparemos de manera espiritual.

I.- Estemos consientes de los tiempos que vivimos.
Son tiempos peligrosos. Son tiempos en donde abunda la maldad, en donde la falsedad y el soborno proliferan por todos lados, la decadencia moral y la falta de espiritualidad se deja ver por todos lados. Creo que para nosotros debieran ser tiempos de reflexión, tiempos de una búsqueda genuina a las cosas de Dios, son tiempos en los que no podemos estar inactivos, es tiempo de accionar (Despertar). Cuando en la Biblia se define esta palabra (despertad) en la RV60 dice levantarnos no se refiere a una situación de sueño sino a una actitud de insensibilidad de estupor de falta de interés por las cosas de Dios.


Que es estar dormidos en la biblia

• Indiferencia a las cosas de Dios.
• Frialdad a las cosas del espíritu.
• Falta de compromiso a la una vida santa.
• Falta de amor por la hermandad.
• Falta de pasión por las almas perdidas.
• Falta de desarrollar en dones que Dios nos Dio.

Estemos consientes de los tiempos que vivimos, el verso 12 afirma que la noche esta avanzada, en los evangelios específicamente en el de Juan vemos que los hombres amaron mas las tinieblas que la luz, es notorio que Dios desea que seamos hijos de la luz y que no vivamos en la oscuridad de la noche, es decir en las obras del mal. La obra de la maldad ha hecho estrago, le hemos dejado mucho terreno al enemigo, nos ha amedrentado, nos ha amenazado, nos ha intimidado cuando debiera ser al revés, hemos dejado que sus mentiras nos abrumen y sentimos lo patente de lo oscuro, creo que hemos vivido desperdiciado tiempo. Cuando era niño había una serie de televisión que se llamaba “El hombre del mañana” un programa medio futurista que decía como seria el hombre del siglo 21. Que tremendo que seguimos siendo igual, seguimos siendo el hombre del mañana, y la razón es obvia (“mañana lo hago”, es decir,  dejamos de hacer cosas muy importantes en el ámbito espiritual diciendo que mañana lo haremos). Es tremendo, como faraón teniendo la oportunidad de hacer los ajustes en ese momento y en ese día dijo Mañana. “Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová. 9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. 10 Y él dijo: Mañana...” (Éxodo 8-8).

Es increíble que prefiramos dormir con esas condiciones de incomodidad, de pecado, de carga, pudiendo pedir hoy en este mismo instante que sean quitadas las ranas de nuestra vida.

Estemos consientes de los tiempos que vivimos y hagamos algo hoy. Que podemos hacer…

II.- Aferrémonos a sus promesas.
¿Alguna vez has estado con uno de tus hijos enfermo, ardiendo en fiebre, no tienes la medicina, le estas poniendo paños de agua fría, no tienes un medico a tu lado y estas viendo que es noche y que no puedes salir a ningún lado porque no tienes quien se quede con tu niño, porque  no hay nada abierto a esa hora y esperas con ansias a que llegue el Día? Otro ejemplo: Imagina una persecución encarnecida en contra tuya en medio de la selva con muchos animales salvajes, con miles de peligros y de cosas malas que te pueden pasar, es de noche y solo esperas que salga el Sol ¿Qué sentimiento tendrías? …Algunos diríamos Señor: ya por favor que venga el día!!! Asi debiéramos estar anhelando que Cristo venga (Apocalipsis 22:20).

Solo los que hemos estado en esos momentos de tensión sabemos que es Esperar que llegue la mañana. Hermanos… Dios prometió bendición para nuestras vidas, y si no la tenemos no es porque no la haya mandado, sino porque nosotros “estamos en otro canal”, o como dicen los jóvenes… “en otro rollo”, buscando la solución en otras cosas. Hermanos… tenemos que confiar en Él; el mismo dice: no os dejare ser tentados más de lo que podáis soportar; el mismo dice que juntamente con la tentación nos dará la salida; el dijo clama a mí y yo te responderé; el dijo los leoncillos necesitan y tienen hambre pero los que esperan en Jehová no tendrán falta de ningún bien. Aferrémonos a sus promesas, si conoces una dila con convicción, llévala a tu corazón y haz algo importante.

III.- Hagamos ajustes pertinentes en nuestras vidas.
“…Desechemos las obras de las tinieblas…” (versículo-12), si no sabemos a qué se refiere hay un paralelismo interesante en el versículo 13 que no deja duda de que está pidiendo: vivir con honestidad, vivir sin excesos de ningún tipo, nada que contamine nuestra carne (glotonería, borracheras, lujurias, contiendas, envidias). Todo el capitulo 12 nos enfatiza como debemos de vivir, pero en síntesis el versículo 13 del capitulo 13 nos clarifica como debe ser nuestra vida.

Es importante hacer ajustes, no podemos tomar la forma de este mundo, (nos os conforméis 12:2) no podemos pensar como ellos ni vivir como ellos.

IV.- Vistámonos de luz.
Las Escrituras se ocupan mucho de vestirse o revestirse. Se ocupan de vestiduras reales, sacerdotales, militares, del vestido de bodas, de pecadores arrepentidos, etc. En cada caso el vestido expresa la dignidad, oficio, carácter o condición del hombre. El vestido expresa ante el público lo que es. Teniendo esto en cuenta es fácil comprender la exhortación espiritual de este texto como decirnos: Para nosotros los creyentes, la noche del paganismo ha pasado. Ha llegado el día, la aurora del evangelio. Sacudid el sueño espiritual: ¡a vestirnos!. El Espíritu de Cristo habita en vosotros: miremos cómo lo exteriorizamos. Procurad que se manifiesten en vuestra conducta todos los rasgos posibles característicos de Cristo. El era la Luz del mundo. Os incumbe reflejarla. «Así alumbre vuestra luz delante de los hombres para que vean vuestras obras buenas y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (2 Corintios 3:3; Gálatas 3:27; Efesios 4:27; Mateo 5: 13-16). Para decir que hay que vestirse de Cristo se requiere conocimiento de su persona, de su naturaleza, de sus rasgos característicos, y sobre todo la humilde sumisión a su voluntad para que su Espíritu obre, tanto el querer como el hacer, en el alma del creyente.

La novia se viste de lino fino, al igual que cuando tenemos un evento importante nos vestimos diferentes. Un día nos juntamos a las 6 de la mañana a orar como diáconos, ese día venimos todos, llegamos con sueño, otros con lagañas y con ropas de “córrele y ponte esto”, pero uno de ellos vino de traje, todos lo cuestionamos y el dijo algo que me impacto, debo estar listo… así es como debo de andar, me hizo pensar “no se si este día, a esta hora, mi señor venga por mí y yo quiero estar listo”, dice el texto vistámonos de las armas de la luz. El ver. 14 dice que nos vistamos de Cristo.

Un día caminado por la calles de la ciudad me salió al encuentro un individuo con una botarga del “Dr. Simi” (creo que todos ustedes los han visto por la calle), cuando intentaba pasar él me interrumpió el paso, me dio un poco de risa y de nervios porque parecía que bailaba con el mono hasta que escuche una voz de adentro del mono que me dijo “Hermano Soy yo” no me recuerda. Su voz era conocida pero nunca me habían presentado al Dr. Simi, a lo que le dije: Hermano… ¡la vestidura que traes no me deja ver quién eres realmente! Dios nos permita vestirnos de Cristo para que nada de nosotros quede expuesto a los demás, imagine a cualquiera de nosotros vestido de Cristo, nuestras relaciones, nuestras familias, nuestras cuitas, con todas nuestras formas de ser, las cosas serian mejor.

Estemos consientes del tiempo que vivimos. Aferrémonos a sus promesas. Hagamos ajustes en la vida. Vistámonos de luz.

“Gracia y Paz”
Verdadera Vida Cristiana

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