Salmo 5:11
“Alégrense todos los que en ti
confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se
regocijen los que aman tu nombre”.
El Señor Jesús quiere compartir
su gozo con nosotros continuamente, desea llevar nuestras preocupaciones y
darnos la seguridad de que cuidará de nosotros. Para experimentar esto en
nuestra vida, 1 Tesalonicenses 5:16-18 nos da tres valiosos consejos:
–
“Estad siempre gozosos”. A pesar de las circunstancias duras de la vida,
los creyentes pueden disfrutar de una verdadera alegría viviendo cerca del
Señor y dejando en sus manos todas sus preocupaciones (Filipenses 4:4). Esto
era lo que Pablo deseaba para los creyentes de Roma: “El Dios de esperanza os
llene de todo gozo y paz en el creer” (Romanos 15:13).
–
“Orad sin cesar”. Quizás esta exhortación nos parezca irrealizable. Sin
embargo, ¿acaso la oración no es el medio de permanecer en estrecha comunión
con Dios? Establezcamos más a menudo ese contacto con nuestro Padre que está en
el cielo. No nos acostumbremos a pasar los días sin tomar el tiempo para
acercarnos a él confiadamente (Hebreos 4:16).
–
“Dad gracias en todo”. Dar gracias es agradecer a Dios por todo el bien
que nos da, como lo hacía David: “Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides
ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2). Cuando estemos en una situación
difícil, contémoselo a Dios; él nos dará la fuerza para atravesarla, e incluso
nos dará el gozo y la paz. Entonces aprenderemos a darle las gracias “por todo”
(Efesios 5:20).
“Gracia y Paz”
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