Romanos 3:23
“Por cuanto todos pecaron y no
alcanzan la gloria de Dios”.
Una de las modas de la década de los
70’s en los Estados Unidos eran los saltos en motocicleta. Esta tendencia llegó
a su punto máximo (y mínimo) el 8 de septiembre de 1974. Miles de
espectadores se reunieron en el Cañón del Río Snake, en Idaho, para ver si Evel
Knievel podía saltar el abismo en una «motocicleta del cielo» especialmente
diseñada. Sin embargo, fracasó. Knievel solo había recorrido parte del trayecto
cuando su paracaídas se abrió y lo depositó en el fondo del cañón. Algunos
espectadores preguntaban: «¿Hasta qué distancia llegó?». Pero esa no era la
idea. La realidad es que no llegó hasta el otro lado; es decir, no alcanzó su
objetivo.
Esta escena es una buena
ilustración del pecado. La
Biblia habla de esto en Romanos 3:23, donde Pablo declaró:
«Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios». Mediante el
esfuerzo personal, nadie es capaz de cruzar el abismo que nos separa de Dios.
Pero Cristo cumplió a la perfección las normas divinas y, después, dio su vida
en la cruz para pagar por nuestras faltas y transgresiones. Donde nuestro mejor
esfuerzo no alcanzaba, la obra de amor de Cristo logró todo lo que necesitábamos.
Nuestra respuesta debe ser confiar en Él y recibir este inigualable regalo de
la salvación.
La
cruz de Cristo salva la distancia que nunca podríamos franquear solos.
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LEA: Romanos 3:19-28
Biblia en un año: Romanos 1–4
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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