Hechos 1:8
“… me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Era el primer día de clases en el
Instituto Bíblico de Moscú, donde estaba enseñando a pastores rusos. Empecé
pidiendo a los alumnos que dijeran sus nombres y dónde servían, pero uno de
ellos me dejó estupefacto cuando declaró abiertamente: «¡De todos los pastores,
yo soy el más fiel a la
Gran Comisión !». Por un instante, quedé desconcertado, hasta
que él, sonriendo, agregó: «La
Gran Comisión dice que debemos llevar el evangelio hasta lo
último de la tierra. ¡Pastoreo una iglesia al norte del Círculo Ártico, en una
aldea llamada “Lo Último de la
Tierra ”!». Todos nos reímos, y continuamos con la clase.
Las palabras de aquel pastor, que
servía en la Península
de Yamal (que significa «lo último de la tierra»), transmiten un importante
mensaje. En el último mensaje de Jesús a sus discípulos, dijo: «… y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la
tierra» (Hechos 1:8). Cada rincón de nuestro mundo, por más remoto que sea,
debe ser alcanzado con el mensaje de la cruz. El Salvador murió por el mundo, y
esto incluye personas que están cerca y lejos.
Cada uno de nosotros tiene la
oportunidad de llevar el evangelio a las personas de «lo último de la tierra»
donde vivimos. Independientemente de dónde estés, puedes hablar a alguien sobre
el amor de Cristo.
¿A quién podrías testificarle hoy?
Cualquier
lugar puede ser apropiado para testificar de Cristo.
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LEA: Hechos 1:1-8
Biblia en un año: Joel 1–3
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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