Juan 3:16
“…de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, […]
tenga vida eterna”.
Cuando tenía doce años, sentí
curiosidad por ver la Biblia
que le habían regalado a mi papá cuando se jubiló de la papelera. Venía en una
caja especial de cedro con las palabras SANTA BIBLIA, y yo supuse que «santa»
significaba prohibido tocar. Aun así, di una mirada para ver qué había adentro.
En el centro, tenía una ilustración de Jesús colgado en una cruz, junto con las
palabras de Juan 3:16. También tenía una lámina transparente color rojo que
cubría la hoja, lo cual supuse que significaba que el Señor Jesús derramó su
sangre y murió.
De vez en cuando, cuando nadie me
veía, tomaba delicadamente el santo Libro del estante, abría la caja y miraba
la imagen de Jesús en la cruz, leía el versículo y me preguntaba sobre este
Hombre y la razón de su muerte. No estaba segura de si su amor tenía que ver
conmigo o si era también algo prohibido.
Varios años después, oí un
mensaje que explicaba que Dios había hecho posible acceder a su amor por medio
de Jesús. Romanos 5:1-2 declara: «… tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta
gracia en la cual estamos firmes». Creí en Jesucristo y lo recibí para que me
salvara de mi pecado.
¿Acaso no estás agradecido de que
la Biblia y el
amor de Dios no digan prohibido tocar? Recibe su perdón; está destinado a
personas que no son santas, como tú y yo.
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LEA: Romanos 5:1-8
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Biblia en un año: Jeremías 27–29
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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