1 Pedro 4:10-11
“Cada uno según el don que ha
recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme
gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si
alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea
Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por
los siglos de los siglos. Amén”.
Cada creyente tiene la responsabilidad
de usar el don que ha recibido del Espíritu Santo para ministrar a los que
están a su alrededor. Pero tenemos que ser muy cuidadosos, y hacerlo de manera
que esté de acuerdo a la voluntad de Dios expresada en su Santa Palabra. Si
tenemos la oportunidad de hablar a otros acerca de los planes de Dios para el
mundo, debemos tener sumo cuidado en hablar conforme a lo que está escrito en la Biblia , y no basados en
nuestras propias ideas o principios. Hay quienes, movidos por el deseo de
servir al Señor, se apresuran a exponer ciertos conceptos, que en apariencia
están correctos, pero que en realidad difieren del verdadero mensaje de la Palabra. Para evitar
esto, es necesario que conozcamos la
Palabra de Dios profundamente. Por eso es tan importante escudriñar
la Biblia cada
día en busca de ese conocimiento con el cual podamos ministrar correctamente. La Palabra de Dios es poder,
pero para que este poder sea efectivo tiene que ser usado conforme a como Dios
lo da, “para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo”, dice el pasaje
de hoy.
David usó la Palabra de Dios con poder
al escribir sus salmos, y han sido de tremenda inspiración a través de los
siglos en infinidad de diferentes situaciones. Esto ha sido posible porque
David meditaba día tras día en las Escrituras, como él afirma en el Salmo
119:97: “¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación”. Y más
adelante declara: “De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he
aborrecido todo camino de mentira” (Salmo 119:104). Esta es la clave del
conocimiento de la verdad. Cuando leemos la Biblia diariamente y meditamos en ella, pidiendo
discernimiento al Espíritu Santo, poco a poco iremos entendiendo con perfecta
claridad el mensaje de Dios tal y como fue originalmente inspirado a los santos
que lo escribieron. Alguien dijo que la Biblia es el único libro cuyo autor está siempre
a nuestra disposición, a cualquier hora y en cualquier lugar. Hagamos uso de
este privilegio y de todo corazón, al leer la Santa Palabra ,
roguemos al Señor que aumente nuestro entendimiento espiritual.
También tenemos que tener
presente siempre que no está bien saltar a conclusiones sobre la interpretación
de un cierto pasaje bíblico sin tener en cuenta el contexto en el que fue
escrito, y sobretodo el carácter de Dios y el propósito fundamental que él
desea transmitir a través de toda la Escritura , de Génesis a Apocalipsis. Por ejemplo,
si conocemos el infinito amor de Dios expresado a través de toda la Biblia , no podemos
interpretar que una acción llevada a cabo por el Señor en un momento
determinado, por drástica que parezca, haya sido motivada por algún otro
sentimiento que contradiga el amor de Dios, puesto que “Dios es amor”. (1 Juan
4:8).
Si tienes en cuenta todas estas
sugerencias, y sobretodo si te haces el hábito de leer la Biblia diariamente, y
meditar en ella, y orar en busca de discernimiento espiritual, cuando hables y
cuando ministres lo harás en el poder de la Palabra de Dios, y su nombre será glorificado.
ORACIÓN:
Bendito Padre celestial, te ruego abras mi entendimiento espiritual,
para poder entender con toda claridad tu Santa Palabra, y así hablar y
ministrar a otros conforme al poder que tú das. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
No hay comentarios:
Publicar un comentario