Hechos 17:24-25
“El Dios que hizo el mundo y
todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita
en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como
si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las
cosas”.
Hoy en día es muy común ver
"iglesias" que se dedican a satisfacer las necesidades y gustos de
cada uno de sus creyentes mediante la introducción de nuevos métodos de
iglecrecimiento, al punto de comprometer por completo los principios bíblicos.
Es abominable observar como la psicología, el humanismo y la mercadotecnia
dictaminan como dirigir al supuesto cuerpo de Cristo. Incluso aún dentro del cristianismo
se esta viendo como el huracán del postmodernismo azota torrencialmente.
Como lo dice la Palabra de Dios,
la ambición de los profetas de la prosperidad y de los ministros del evangelio
"Al Gusto del Cliente" les hacen levantar edificaciones de iglesias
multimillonarias. Usar el Antiguo Testamento como una justificación del
edificio de Iglesia no es solamente incorrecto, sino un argumento que se
destruye a sí mismo. La antigua economía mosaica de sacerdotes sagrados,
edificios sagrados, rituales sagrados y objetos sagrados ha sido destruida para
siempre por la Cruz de Cristo. Además, ha sido reemplazada por un organismo no
jerárquico, no ritualista y no litúrgico llamado ekklisia (Iglesia). Dios no
está interesado en que se le construya un templo hermoso y gigantesco, su residencia esta en el cielo y en los
corazones arrepentidos. Su interés es que se anuncie el evangelio del Reino
de Dios y sea glorificado entre sus hijos.
Gálatas 1:10
“Pues, ¿busco ahora el favor de
los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía
agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.
“Gracia y Paz”
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