LA NORMA
Jueces 21:25
“En estos días no había
rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.
Juan 14:15
“Si me amáis, guardad
mis mandamientos”.
¿Qué
pensaríamos de una empresa en la que las medidas de las piezas que se producen
variasen según la hora y el día o la imaginación de los obreros que las
fabrican? Es evidente que no es la norma la que tiene que adaptarse; son más
bien los obreros los que tienen que respetar la norma. En el ámbito moral, hoy
en día pasamos por una preocupante evolución de las costumbres de nuestra
sociedad. Lo que hace la mayoría de la gente es lo que se considera como
normal.
Pero,
¿Cuál es la norma? La única que cuenta es la que Dios estableció en la Biblia.
Él no adaptó su norma a la evolución de la sociedad. Aunque la liberalización
de las costumbres haya hecho evolucionar las leyes humanas, las nociones
divinas del bien y del mal permanecen inmutables. No dependen de nuestra
opinión ni del comportamiento de los hombres de hoy. Dios estableció leyes para
nuestro bien. Quizá pensemos que Dios puso los mandamientos para fastidiarnos,
para ponernos límites y forzarnos a hacer algo, pero el objetivo de Dios es
hacer que sus criaturas sean felices.
Dios
no se limitó a dar normas, sino que al comprobar nuestra total incapacidad para
respetarlas debido al pecado, intervino por medio de Jesucristo para producir
lo que es imposible a toda ley. La misma gracia que condujo a Jesús a morir
para borrar nuestros pecados ahora nos exhorta a vivir “en este siglo sobria,
justa y piadosamente” (Tito 2:12).
“Gracia y Paz”
La Buena Semilla
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