1 Tesalonicenses 5:14
“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos,
que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis
pacientes para con todos”.
En todas partes hay personas que sufren, pero a veces no
sabemos qué hacer para aliviar su dolor. He aquí seis maneras prácticas de
llevar la carga de otra persona:
Esté presente.
A veces, el mejor “método” de ayudar, es simplemente estar presente. Durante
nuestras horas más oscuras, no necesitamos a alguien que trate de arreglar
todo; solo necesitamos un amigo.
Escuche. No
intente decir a la persona qué tiene que hacer. Las almas heridas generalmente
lo que quieren es solo un oído interesado para poder expresar su dolor.
Comparta.
Nunca alardee de sí mismo, como alguien que tiene todas las respuestas. En vez
de eso, deje que su propio sufrimiento y sus fracasos ayuden a otros.
Ore. Hay poder
cuando se pronuncia el nombre de las personas delante del Señor. Cuando ellas
escuchan a alguien orar en favor de ellas, comienza la sanidad.
Dé. A veces,
ayudar a otros implica algo más que un apretón de manos o un cálido abrazo. Tal
vez necesiten ayuda económica o material. Una de las mejores expresiones de
sinceridad es estar dispuestos a dar a los demás.
Sustituya. Es
posible que usted conozca a alguien que está llevando la carga de cuidar a otra
persona. Si usted interviene y toma su lugar por un tiempo, estará imitando a
su Salvador; Él, también, fue un sustituto.
Porque no podíamos hacerlo nosotros mismos, Jesús llevó todo
nuestro pecado y sufrimiento, hasta la muerte. Como resultado, podemos vivir
eternamente en comunión con Él. Si Cristo hizo eso por nosotros, ¿cómo podemos
decir: “Estoy demasiado ocupado para llevar la carga de otro”?
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario