martes, 14 de junio de 2016

LA FORNICACIÓN Y EL ADULTERIO SON UN PASE DIRECTO AL INFIERNO ¡ARREPIÉNTETE ANTES DE QUE SEA TARDE!



Si una mujer que no es tu esposa intenta convencerte de que tú eres especial, tú estás siendo calentado para ser cocinado, sin importar quién sea ella. De la misma forma para ti mujer, si un hombre que no sea tu esposo intenta hacerte sentir muy especial, te están calentando para cocinarte. Piensen ambos, hombre y mujer, que hay una llama de fuego en el infierno que no se apaga, que consumirá día y noche por la eternidad a todos los fornicarios y adúlteros.

“¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare” (Proverbios 6:27-29).

“Más el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada” (Proverbios 6:32-33).

Quienes no quieren comer del fruto prohibido no deben acercarse al árbol prohibido.

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:9-11).

Cuando un varón dice SI a una mujer en el matrimonio, también está diciendo NO al resto de las mujeres en el mundo.

Cuando una mujer dice SI a un varón en el matrimonio, también está diciendo NO al resto de varones en el mundo.

“Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer y cada una tenga su propio marido” (1 Corintios 7:2).

“No cometerás adulterio” (Deuteronomio 5:18).

“Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera” (Romanos 7:3).

¡Gracia y Paz!
Por: Claudia Santos Ipda

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