Santiago 1:22-25
"Pero sed hacedores de la palabra, y no
tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor
de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que
considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y
se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley,
la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino
hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace".
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