2 Corintios 11:13-15
"Porque éstos son falsos apóstoles,
obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es
maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no
es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia;
cuyo fin será conforme a sus obras."
En este pasaje (parte de su segunda carta a los
corintios), el apóstol Pablo les advierte acerca de ciertos individuos que
predicaban un evangelio diferente al que él les había enseñado. Más de
cincuenta años antes el mismo Jesús había alertado a sus discípulos acerca del
peligro de algunos que falsamente profetizaban en el nombre de Dios. En Mateo
7:15 el Señor les dice: "Por sus frutos los conoceréis. Guardaos de los falsos
profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son
lobos rapaces". En la actualidad también existen muchos falsos maestros y
pastores, por lo tanto debemos ser muy cuidadosos. Quizás en algún momento no
nos resulte fácil captar las verdaderas intenciones que hay detrás de sus
palabras, pero podemos discernir si son auténticos sometiéndolos a este pequeño
examen que nos enseña 1 Juan 2:4: "El que dice: Yo le conozco, y no guarda
sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que
guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado;
por esto sabemos que estamos en él."
La Biblia nos alerta acerca de los peligros que corremos
simplemente al vivir en este mundo. Por ejemplo, 1 Juan 5:19 dice:
"Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno".
Y Jesús les dice a sus discípulos en Juan 14:10: "No hablaré ya mucho con
vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí".
Y el pasaje de hoy dice que “el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz”.
Es decir, estamos viviendo en territorio enemigo y este enemigo es el padre de
las mentiras. Por lo tanto es sumamente importante ejercitar el discernimiento
espiritual en todo momento. Todos podemos aprender a desarrollar esta “alarma
espiritual” por medio de la lectura de la Biblia y la constante oración.
Hebreos 5:14 nos habla de creyentes “que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”. Esto demuestra que por medio
de la práctica podemos llegar a distinguir lo verdadero de lo falso, y entonces
rechazar esto último.
A través de toda nuestra vida estaremos enfrentándonos a
situaciones que requieren que tengamos un claro conocimiento de la verdad de
Dios, pues es la única manera de detectar las falsas enseñanzas. En su segunda
carta a Timoteo, capítulo 3, Pablo escribe que “en los postreros días habrá
hombres amadores de sí mismos que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la
eficacia de ella”. Y entonces advierte a su hijo espiritual: “A éstos evita”.
También Pablo dice aquí que estos falsos maestros tratarán por todos los medios
de engañar a aquellos que "siempre están aprendiendo, y nunca pueden
llegar al conocimiento de la verdad". De aquí la importancia extraordinaria
de conocer la verdad. Así dijo Jesús a un grupo de judíos que habían creído en
él: “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-21).
Es sumamente importante que estudiemos las Escrituras,
meditemos en ellas y oremos diariamente pidiendo al Señor discernimiento
espiritual, sabiduría y conocimiento profundo de su palabra. En Oseas 4:6 Dios
dijo: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”. Es lamentable
ver cuántos hombres y mujeres se envuelven en religiones y sectas falsas,
siguiendo ciegamente lo que éstas predican, simplemente porque no dedican
tiempo a leer la Palabra de Dios con el fin de cerciorarse de la veracidad de
lo que escuchan. No seas uno de éstos. Pon en práctica la enseñanza de esta
meditación, vive una vida de íntima comunión con el Señor, y las mentiras del
enemigo no te afectarán.
ORACIÓN:
Padre santo, te ruego me des el conocimiento y el
discernimiento espiritual para poder ver y entender con claridad todo aquello
que no proviene de ti y rechazarlo inmediatamente. Ayúdame a retener solamente
la verdad que hay en tu palabra y a aplicarla en mi vida. En el nombre de
Jesús, Amén.
¡Gracia y Paz!
Dios te Habla
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