¡DESPIÉRTATE, TÚ QUE DUERMES!
Efesios 5:8-17
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas
ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del
Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable
al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más
bien reprendedlas; porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en
secreto. Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son
hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis
insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”
En algunas regiones de África Central, muchas personas
han sido afectadas por una enfermedad conocida como “la enfermedad del sueño”.
En una epidemia que ocurrió entre 1901 y 1904, murieron más de 100,000 personas
en una sola provincia. Esta enfermedad es causada por un parásito que
transporta una mosca llamada tse-tsé. Cuando la mosca pica a una persona le
transfiere el parásito, el cual se multiplica lenta pero firmemente en la
sangre de la víctima. Es un proceso que no produce dolor, sino que se
manifiesta con un estado de somnolencia hasta que finalmente causa la muerte de
la persona infectada.
En el aspecto espiritual hay una “enfermedad” que se manifiesta
de manera similar. Nuestro enemigo el diablo muchas veces utiliza la técnica de
“adormecernos” o insensibilizarnos en nuestra vida espiritual con el fin de
afectar nuestra comunión con Dios, detener nuestro crecimiento espiritual y
separarnos de la presencia del Señor lo que eventualmente produce la muerte
espiritual que no es más que la separación de Dios. Con este fin nos incita a
que utilicemos nuestro tiempo en cosas que no nos edifican espiritualmente. Un
ejemplo es la televisión. ¿Cuántas horas pasamos frente al televisor viendo una
novela, o un evento deportivo o cualquier otra cosa? No es que todo lo que
vemos en la televisión sea pecaminoso, pero es cierto que a veces dedicamos
demasiado tiempo a esta actividad, y por lo tanto no dejamos lugar para
edificarnos espiritualmente.
También, en estos tiempos modernos, la aparición del
Internet ha dado lugar a otra forma de “adormecernos” en nuestra actividad
espiritual. Muchas veces nos envolvemos tanto en este medio que no nos
percatamos de que el tiempo ha pasado, y ya no hay tiempo para leer la Biblia,
u orar, o hacer una llamada a un hermano enfermo o participar en alguna
actividad de la iglesia que glorifique el nombre de Dios. Pero, ¿qué podemos
hacer para evitar este adormecimiento espiritual?
En primer lugar, tenemos que estar conscientes del
peligro de caer en esa pereza espiritual. Antes de que se conociese la relación
de la mosca tse-tsé con la enfermedad del sueño, nadie se preocupaba por
espantar las moscas. Después de descubrir la causa, la actitud de todo el mundo
cambió e incluso el gobierno comenzó a limpiar el área de alrededor de las
casas. Cortaron los matorrales y rociaron los criaderos con insecticida. Así
crearon un medio ambiente donde la mosca no podía desarrollarse. En el aspecto
espiritual es necesario crear un medio ambiente de limpieza para el alma,
buscando diariamente una comunión con el Señor por medio de la oración y el
estudio de la palabra de Dios. Las “moscas” de la tentación y del pecado no nos
infestarán si mantenemos nuestra vida limpia y fortalecida con el poder de la
palabra de Dios. La escritura de hoy nos exhorta a andar como sabios,
“aprovechando bien el tiempo”, y a no ser “insensatos, sino entendidos de cuál
sea la voluntad del Señor”.
Hay un viejo dicho popular que dice: “Camarón que se
duerme, se lo lleva la corriente”. Si no quieres que la corriente del pecado te
lleve a la destrucción, despierta del sueño espiritual, y dale prioridad a la
búsqueda de la voluntad de Dios y a obedecerla para que su luz redentora alumbre
tu vida. Así dice el pasaje de hoy: “Despiértate, tú que duermes, y levántate
de los muertos, y te alumbrará Cristo”.
Oración:
Amado Padre, por favor ayúdame a permanecer activo en las
cosas de tu reino, y no permitas que las cosas de este mundo desvíen mi
atención de lo que debe ser una prioridad: buscar
tu voluntad y obedecerte. En el nombre de Jesús, Amén.
¡Gracia y Paz!
Dios te Habla
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