La Palabra de Dios dice que los cristianos debemos
perdonar, pero una cosa es saberlo, y otra muy diferente es llevarlo a la
práctica. Cuando hemos sido heridos ¿cómo podemos perdonar? Por regla general,
todos entablamos una lucha interna a la hora de perdonar. Y a veces, aún cuando
pensamos que ya hemos perdonado, seguimos guardando sentimientos de rencor.
El perdonar no debe estar sujeto a un sentimiento, sino que
debemos tomar la decisión de perdonar una y otra vez hasta que la amargura y el
resentimiento desaparezcan totalmente de nuestro corazón. Debemos perdonar
profunda y completamente, como lo hizo el Señor con nosotros:
Colosenses 3:13: “De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros”.
Si tú eres capaz de poner a un lado tu ira y tu odio en
un acto decisivo de perdón, regocíjate porque tú has sido bendecido.
¡Gracia y Paz!
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