La Palabra de Dios nos alerta en cuanto al peligro de
tomar el camino ancho y espacioso, pues ese lleva a la perdición y a la muerte,
y nos exhorta a tomar el camino estrecho y angosto de la entrega y obediencia
al Señor, el cual es menos atractivo, pero conduce a la vida eterna. Si has
elegido el camino angosto, ¡Gloria a Dios! ¡Tomaste la decisión correcta! De lo
contrario, detente, recapacita, y cambia tu dirección antes de que sea
demasiado tarde. Dios siempre está dispuesto a recibir con los brazos abiertos
a los que se vuelven a él arrepentidos.
ORACIÓN:
Amoroso Padre Celestial, perdóname todas mis debilidades
y flaquezas. Dame fortaleza para resistir el mal que aún mora en mí. Gracias te
doy Señor por tu infinita Gracia y Misericordia y por proveerme el camino de tu
Hijo Cristo Jesús que me conduce hasta ti. Dame sabiduría y la templanza
necesaria para apartarme de todos los demás caminos y a concentrarme en caminar
sólo por ese camino estrecho que lleva a la vida eterna. En el nombre de Jesús,
Amén.
¡Gracia y Paz!
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