lunes, 23 de junio de 2014

¿DÓNDE ESTÁS BUSCANDO LA AYUDA QUE NECESITAS?



¿Dónde estás buscando la ayuda que necesitas?

Isaías 31:1
“¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!”

No es difícil asegurar que muchas personas que dicen ser cristianas, en realidad nunca han tenido un encuentro personal con el Señor ni le conocen íntimamente. Claro está que ni debemos juzgar a otros ni tenemos la capacidad de adentrarnos en la vida espiritual de nadie, pero Jesús claramente indicó: “Por sus frutos los conoceréis...” (Mateo 7:16). Es decir, la actitud o la manera de actuar de una persona pueden darnos una buena idea de su relación con Dios.

A veces hablamos mucho de religión pero demostramos poco la vida de Cristo con nuestras acciones. Nuestra manera de practicar el “cristianismo” es generalmente mediocre y apenas impacta a los incrédulos debido a que ellos no ven en nosotros un testimonio vivo y poderoso. En determinadas acciones algunos cristianos no se diferencian de aquellos que no creen en Dios. La escritura de hoy nos muestra esta triste realidad. El pueblo de Israel en vez de buscar al Señor para que los ayudara y supliera sus necesidades, confiaba y ponían su esperanza en los recursos de los paganos. Dios, por medio del profeta Isaías, advierte: “¡Ay de ellos!” “¡Pobre de ellos!”

Egipto representa hoy para nosotros el mundo sin Cristo, y los caballos, los carros, y los jinetes representan los recursos materiales que ese mundo nos ofrece. Los años han pasado pero el pueblo de Dios sigue tristemente en esa misma línea de incredulidad confiando en lo que pueden ver en lugar de confiar en lo que no pueden ver; buscando lo corrupto de afuera cuando tienen todo lo glorioso dentro del reino de Dios. Esto pone de manifiesto una pobre relación con Dios, falta de crecimiento espiritual y una fe muy pequeña. Nadie que busca en primer lugar la ayuda del mundo puede experimentar intimidad con el Señor. Santiago 4:4 dice: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”. En el Sermón del monte, Jesús enseñó a aquellos que le escuchaban que no debían preocuparse ni afanarse por las cosas materiales que necesitaban. Y los exhortó a dirigirse en primer lugar a la fuente inagotable de toda provisión. Así les dijo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

La Biblia está llena de pasajes que nos dan la plena seguridad de que podemos contar con la ayuda y el apoyo de nuestro Padre celestial en cualquier momento que lo necesitemos. Por ejemplo, Hebreos 4:16 nos exhorta a acercarnos “confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. El Salmo 22:26 afirma que “los pobres comerán y se saciarán; los que buscan al Señor, le alabarán”. En el Salmo 23:1, David  nos dice: “Jehová es mi pastor; nada me faltará”. Y en Salmo 37:25 él dice: “Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan”. Y Jesús nos promete en Mateo 21:22 que “todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”. Podríamos mencionar muchas más citas bíblicas que manifiestan de manera clara el deseo del Señor de suplir todas nuestras necesidades. ¿Qué necesidad hay, pues, de buscar ayuda en otro lugar?

En su carta de Pablo a los filipenses, se nos alienta diciéndonos: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19). Nuestra mirada debe estar siempre puesta en Jesús pues él es “el autor y consumador de la fe”, dice Hebreos 12:2. Desviar de él nuestra mirada nos traerá malas consecuencias. Mantenernos en él nos garantiza que todas nuestras necesidades (físicas, materiales y espirituales) estarán cubiertas. Reflexiona en esto por unos minutos y contesta esta pregunta: “En medio de la necesidad o la prueba, ¿hacia dónde enfocas tu mirada?” “¿Te diriges hacia Egipto (el mundo) o hacia el Dios de la provisión eterna?”

ORACIÓN:
Padre Santo, gracias infinitas porque tu Palabra nos asegura que podemos acudir a ti siempre en busca de ayuda y de sustento. Por favor, aumenta mi fe para dirigirme a ti siempre cualquiera sea mi necesidad, sabiendo que tú suplirás todo lo que me falte. En el nombre de Jesús. Amén.

¡Gracia y Paz!
Dios te Habla


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