¡¡El amor genuino
también implica tierno cuidado!!
Efesios 5:28
“Así también los maridos deben amar a sus
mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama”.
Gastamos mucho tiempo y energía teniendo cuidado de
nuestros propios cuerpos. Hacemos ejercicio, comemos, vestimos ropa para vernos
bien. Cuando estamos enfermos y cansados, descansamos. Cuando nuestro cuerpo es
herido, buscamos alivio del dolor. Estamos atentos a nuestro propio cuerpo, preocupados
por sus necesidades, sensibles y receptivos a todo lo que desean.
Esta es la clave del amor que Dios nos manda a los
maridos que mostremos a nuestra esposa. Toma nota una vez más, las Escrituras
no describen al amor solo como una emoción. Esta clase de amor es activa,
voluntaria y dinámica. Algo que hacemos, no que pasivamente
<<sentimos>>.
Es razonable que un hombre ame a su esposa como ama a su
propio cuerpo, porque en el matrimonio los dos se convierten en <<una
sola carne>> (Efesios 5:31). Esta es la manera que Dios diseñó el
matrimonio. Se aplica universalmente y ha sido así desde el principio (Génesis
2:24). Los maridos deben amar a sus esposas con el mismo cuidado que dan a sus
propios cuerpos, ya que, después de todo, los dos son una sola carne.
El matrimonio en sí se consuma de forma literal con la
unión corporal de los esposos. A partir de ese momento, el marido debe
considerar a la mujer como a su propia carne. Si ella siente dolor, él debe
sentir dolor. Si ella tiene necesidades, él debe aceptar esas necesidades como
suyas. Debe tratar de sentir lo que ella siente, desear lo que ella desea, y en
efecto, darle el mismo cuidado y consideración que le da a su propio cuerpo.
¿De qué maneras prácticas le mostraras el amor a tu
conyugue hoy?
“Gracia y Paz”
Edificando Matrimonios Conforme al Propósito de Dios
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