viernes, 14 de marzo de 2014

¿TE MOLESTAS CUANDO TE CRITICAN?



¿Te molestas cuando te critican?

Proverbios 15:32
“El que desprecia la corrección no se aprecia a sí mismo; el que atiende a la reprensión adquiere entendimiento”.

Piensa por un momento en la última vez que alguien te criticó por algo que hiciste. ¿Cuál fue tu respuesta? ¿Decidiste “contraatacar” en represalia, o aceptaste humildemente la “sugerencia” y resolviste considerar en oración la censura que recibiste? Si actuaste de esta última manera, ¡Felicidades! Conforme a la escritura de hoy debes haber adquirido entendimiento.

La crítica es parte inevitable de la vida. El pasaje de hoy nos exhorta a recibir y a procesar la crítica sabiamente. Seguramente habrá ocasiones en las que recibiremos palabras duras, dichas bajo la ira, posiblemente falsas y mal intencionadas, pero la Biblia nos enseña que aun así debemos actuar con mansedumbre. Cuando recibas una crítica que te ofenda o te haga sentir mal, no reacciones agresivamente, pues esto agravaría la situación. Recuerda que “la blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor” (Proverbios 15:1).

Debemos recibir todos los consejos o críticas que nos den. Luego es nuestra obligación traerlas delante de Dios en oración. En su sabiduría, él nos dirá si son ciertas o si no tienen fundamento, y su Santo Espíritu nos indicará la forma en que debemos actuar. A veces no es fácil actuar de esta manera, pero es necesario hacer un esfuerzo y sacar el máximo de provecho de las circunstancias. En sentido general hay ciertos pasos a seguir cuando recibimos una crítica:

Primero: Debemos tratar de entender lo que nos están diciendo, es decir, mostrarnos receptivos ante la crítica. No contraatacar ni ponernos a la defensiva. Debemos intentar ponernos en el lugar de quien emite la crítica y analizar lo que nos quiere transmitir; tal vez tenga algo de razón, si no es que toda la razón.

Segundo: Debemos hacer preguntas acerca de la crítica para aclarar cuál es la intención de quien nos crítica. Se pueden usar expresiones como: “¿Podrías ser más específico?”, “¿Qué es exactamente lo que me quieres decir?”

Tercero: Tratemos de distinguir la intención que hay en la crítica y evaluar si se trata de una crítica constructiva o no. Analizando detenidamente la crítica nos ayuda a interpretarla de forma adecuada, ya que es muy importante distinguir las verdaderas críticas de las que no lo son. A veces estamos tan a la defensiva que cualquier comentario que nos hagan lo interpretamos como una crítica.

Es una buena idea pedir sugerencias, preguntando a quien nos critica su opinión. Por ejemplo se pueden hacer preguntas como: “¿Qué crees que puedo hacer?”, “¿Tú crees que sería conveniente que...?” Esto haría pensar a esa persona, y quizás se puede dar cuenta si se ha excedido en su crítica.

Ante toda crítica desagradable de la que seamos objeto, estamos llamados a responder conforme al ejemplo de Cristo. Él dijo: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mateo 11:29). De lo contrario, nuestras reacciones en la carne pueden crear una situación de contienda, y nuestro testimonio no va a glorificar el nombre de Dios. En 2 Timoteo 2:23-24, el apóstol Pablo escribe: “Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad”.

Cuando recibas críticas en alguna área de tu vida, recuerda responder en amor y descansar en la sabiduría de Dios antes de actuar. Si tú decides aplicar esta enseñanza en tu vida, puedes tener la absoluta seguridad de que te mantendrás en el centro de la voluntad de Dios, y disfrutarás de sus bendiciones y serás un instrumento del Señor para ministrar a la persona que te criticó.

ORACIÓN:
Querido Dios, te ruego me des sabiduría para recibir en un espíritu de humildad y mansedumbre toda crítica aunque me cause dolor, y actuar conforme a la dirección de tu Espíritu Santo para que tú seas glorificado. En el nombre de Jesús, Amén.


“Gracia y Paz”

Dios te Habla

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