En el evangelio
de la prosperidad, también conocido como la religión de la “Palabra de Fe,” o “Confesión
Positiva”, se le dice al creyente que utilice a Dios, mientras que la verdad
del cristianismo bíblico es justamente lo contrario –Dios utiliza al creyente. La Palabra de Fe, o la
teología de la prosperidad, ve al Espíritu Santo como un poder para ser
utilizado de la manera que el creyente lo desee. La Biblia enseña que el
Espíritu Santo es la Persona
que habilita al creyente para que haga la voluntad de Dios. El movimiento del
evangelio de la prosperidad, es muy parecido a algunas de las sectas de
destructiva avaricia que se infiltraron en la iglesia primitiva. Pablo y los
otros apóstoles nunca consintieron en adaptarse o conciliarse con los falsos
maestros que propagaban tal herejía. Ellos los identificaron como peligrosos
falsos maestros y urgían a los cristianos a huir de ellos.
Pablo previno a
Timoteo acerca de las “disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y
privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia... Porque
los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque
raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:5,
9-11).
Pablo dijo que
la avaricia es idolatría (Efesios 5:5) y previno a los efesios para que
evitaran a cualquiera que llevara un mensaje de inmoralidad o avaricia (Efesios
5:6-7). La enseñanza de la prosperidad prohíbe que Dios actúe por Él mismo,
significando que Dios no es Señor de todo, porque Él no puede trabajar hasta
que nosotros le permitamos hacerlo. La fe, de acuerdo con la doctrina de la “Palabra
de Fe”, no es una confianza sometida a Dios; la fe es una fórmula por medio de
la cual manipulamos las leyes espirituales que los maestros de la prosperidad
creen que gobiernan el universo. Como lo implica el nombre “Palabra de Fe,”
este movimiento enseña que la fe tiene que ver más con lo que digamos, que en
quién confiamos o qué verdades adoptamos y afirmamos en nuestros corazones.
Un término
favorito en el movimiento de la “Palabra de Fe”, es la “Confesión Positiva.” Se
refiere a la enseñanza de que las palabras tienen un poder creativo. Lo que
digas, afirman los maestros de “Palabra de Fe”, determina todo lo que te
suceda. Tus confesiones, especialmente los favores que demandes a Dios, deben
ser declarados positivamente y sin titubeos. Entonces, Dios tiene que responder
(¡como si el hombre pudiera exigirle algo a Dios!). De esta manera, la
habilidad de Dios para bendecirnos depende supuestamente de nuestra fe.
Santiago 4:13-16
claramente contradice esta enseñanza, “¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy y
mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá y traficaremos, y ganaremos;
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente
es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar
de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala”
Lejos de
enfatizar la importancia de la riqueza, la Biblia nos advierte acerca de buscarla. Los
creyentes, especialmente los líderes en la iglesia (1 Timoteo 3:3), deben estar
libres del amor al dinero (Hebreos 13:5). El amor al dinero conduce a toda
clase de maldad (1 Timoteo 6:10). Jesús advirtió, “Mirad, guardaos de toda
avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes
que posee" (Lucas 12:15). En agudo contraste al énfasis de la Palabra de Fe sobre ganar
dinero y posesiones en esta vida, Jesús dijo “No os hagáis tesoros en la
tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan”
(Mateo 6:19). La irreconciliable contradicción entre la enseñanza del evangelio
de la prosperidad y el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, está bien
sintetizada en las palabras de Jesús en Mateo 6:24, “No podéis servir a Dios y
a las riquezas”. Amen!
“Gracia y Paz”
Preguntas y
Respuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario